Opinión

Sin plan para mejorar la limpieza

A propuesta del PSN, en 2009 debía haberse realizado un plan de limpieza para Tudela, basado en un diagnóstico previo que, además de recoger datos y opiniones, incluyese una auditoría a la empresa contratada, desembocando con todo ello en un plan de acción, complementario al plan de civismo que también debía acometerse. ¿Qué está pasando con la gestión de este tema, además de que vaya con retraso?

Lo único que se hizo en 2009 fue encargar una auditoría a Cespa como concesionaria del servicio de limpieza. En sus conclusiones provisionales, la empresa auditora constata diversas ineficiencias de Cespa (exceso de facturación y de personal eventual) y del Ayuntamiento (no realiza ningún tipo de control sobre la ejecución del servicio, no hay un seguimiento de las incidencias del SAC), proponiendo soluciones, así como modificaciones en el pliego de condiciones. Pero, sobre todo, le recomienda al Ayuntamiento que establezca una unidad para el control y revisión de las diversas concesiones de servicios. Algo elemental que los socialistas llevamos años reclamando.

Además de los resultados de esa auditoría, había que reunir la información procedente de las quejas que llegan al SAC, la opinión de los turistas, consultar a los comerciantes y otras entidades vecinales, realizar una encuesta, etc. Con todo ello el Ayuntamiento realizaría un diagnóstico completo de la limpieza en la ciudad: ¿qué lugares, qué días y horas, qué tipos de suciedad, qué costes y rendimiento de la contrata, qué comportamientos sociales, qué valoración de la ciudadanía, qué ocurre o se hace en otras ciudades, etc.? A partir de ahí se podría establecer un verdadero plan de limpieza, con un nuevo condicionado para la contrata, una mejor gestión y control municipal, una mayor participación ciudadana, etc.

En lugar de todo esto, UPN se ha limitado a decirle a Cespa que reestructure el servicio para que cueste menos (concretado en 67.000 euros, un 3,4% de rebaja), con el ruego de que no baje las prestaciones. Y la empresa elabora un plan de ajuste disminuyendo la plantilla en 2 empleados, aumentando la mecanización y reorganizando el servicio para, según el gerente, tratar de "que no se note la reducción económica". ¿Va a empeorar o no el servicio? ¿Vamos a ganar en eficiencia o perder en calidad? Es inevitable temer que podamos ir a peor, ojalá no sea así. Pronto lo podremos comprobar y valorar.