Seis personas, de muy distintos ámbitos, sentadas ante una mesa de debate convocada en Tudela fueron capaces la semana pasada de aportar infinidad de ideas y alternativas a la demolición de la tudelana Iglesia de San Nicolás, que alberga uno de los tímpanos románicos más antiguos de Navarra, además de representar lo más genuino del viejo reyno, dado que fue un espacio que acogió el enterramiento del afamado -y alto- Rey Sancho VII El Fuerte, que ahora se encuentra en Roncesvalles-Orreaga.
Del mismo modo, si el Ayuntamiento promueve y da cancha a este tipo de foros y espacios abiertos de pensamiento, entre todos se podrían aportar proyectos y soluciones que regeneraran y dieran más vida tanto al Casco Antiguo como a la propia ciudad, porque ésta adolece de iniciativas, inquietudes e ideas que la conduzcan hacia alguna parte.
Si el Consistorio carece de criterio o del dinero necesarios, la Ribera cuenta -claro quedó en ese encuentro del otro día- con más que suficiente materia gris como para marcar al mundo político el camino conveniente a seguir no sólo para recuperar estos espacios, sino para construir una "ciudad" de verdad...
