Opinión

Polígono: dame pan y dime tonto

La cercanía de la fecha en la que expira el contrato de arrendamiento del Polígono de Tiro exige una reflexión por parte de la sociedad navarra, un trabajo y posicionamiento firme para conseguir el desmantelamiento de esta instalación militar ubicada en medio de un Parque Natural, Reserva de la Biosfera y Lugar de Importancia Comunitaria, y al lado de un paque de ocio familiar. Todos los ayuntamientos, partidos políticos, y Gobierno de Navarra se han posicionado a lo largo de los últimos años en contra del polígono y, ahora, cuando llega la hora de la verdad, se cierne un mutismo total sobre un tema que parece tabú.

Desde que el canon que reciben Bardenas y sus entes congozantes es mucho más abultado, las asambleas de la Comunidad son pacíficas (atrás quedaron las luchas intestinas UPN-PSN por la presidencia y por otros asuntos); no hay marea, y el comadreo se masca en el ambiente (también es cierto que la representación socialista en la sede bardenera ahora es mucho menor que hace años, cuando existía un mayor equilibrio de fuerzas). El polígono está dando unas cantidades nada desdeñables a nuestros pueblos, extremo que está bien siempre que ese dinero no sea el condicionante de la continuidad del campo de tiro y de una postura conformista.