Opinión

Peladilla a Rajoy y a Zapatero

No ganamos para sobresaltos, estamos siempre en una permanente paradoja. ZP no reconoció la crisis, tiró del gasto social confiando en que más tarde escamparía, y que llegaría la recuperación de la mano de otras economías mas sólidas. Desde la desconfianza por las subprime, hemos llegado a la desconfianza sobre la posibilidad de pago de las deudas públicas de determinados países. Por ello, le han obligado a tener que hacer recortes sociales, que nunca nadie pensábamos que llegaría a hacer, y sin despeinarse ni reconocer ningún error, con la vaga justificación del entorno internacional, hace ahora en lo esencial, lo que se le pedía antes que hiciese.

Rajoy, que con buen criterio pedía una y otra vez que virase la política del Gobierno en materia económica. Que 5 millones de parados no los aguanta nadie, y que vamos de mal en peor. Ahora cuando ZP cambia, no le recibe con aplausos ¡bienvenido al club!, sino que de manera fácil cae en la demagogia populista de ponerse la gorra de sindicalista y defender a los afectados por los recortes, con el objetivo de recortar o aumentar las distancias electorales.

El sindicalista se ha hecho portavoz de los dirigentes europeos que piden medidas duras para transmitir confianza a los mercados ya que temen que el batacazo económico de España arrastre a toda Europa y al Euro a la debacle. Y el opositor de centro derecha que tenía una posición sensata para salir de la crisis, cuando ZP cambia, él también cambia en el sentido del anterior y se pone la gorra de sindicalista. Todo de ¡aurora boreal!, da ganas de emigrar.

¡Qué País!