“Hombres de poca fe: Papá Noel existe. Los restos mortales que se encuentran en la Basílica de San Nicolás de la ciudad italiana de Bari, son del entrañable barbudo que da rienda suelta a su generosidad cada Navidad. Así lo certifica un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido)”, realidad que se ha dado a conocer en los medios estos días.
Del mismo modo, no por arengar la ilusión de los niños, es menos real que, igualmente, todos los personajes vinculados a la Navidad tienen o han tenido a lo largo de la historia vida propia y real, dado que narran y representan hechos fehacientes que la tradición ha ido tergiversando, pero no podemos negar esa estrella que es la mirada de un crédulo niño o las inteligentes preguntas sobre la materia de las avanzadas niñas.
Así, Olentzero representa al carbonero enfrascado en su trabajo en el monte, que sólo baja al pueblo por Nochebuena. Santa Claus y otros personajes se vinculan al mito del Padre Invierno, tradición y realidad como todo en esta vida. Y esos Reyes Magos de oriente que siguen su estrella para alcanzar al Nazareno, ¿no somos en realidad nosotros mismos que nos estamos buscando, sin encontrarnos?
