Opinión

NABARRA, Primer Estado moderno Europeo y de libre pensamiento

La destrucción del Reino Independiente de Navarra en el siglo XVI no se debió al azar sino que fue provocada por España y Francia para así repartirse nuestro territorio con el beneplácito del papado. Si es verdad que muchos judíos y más tarde los humanistas se refugiaron en Navarra perseguidos por la Inquisición, fueron otras las razones por las que se produjo inicialmente la Usurpación de la Alta Navarra por Fernando el Católico siguiendo una política fundamentalista e intolerante. No es extraño que llamen la atención las diferencias entre la Corte de Navarra y los espectáculos macrabros de las Inquisiciones de España y de Francia, sobre todo si se consideran los logros conseguidos en Navarra durante el reinado del sangüesino Enrique II de Albret y de su esposa Margarita cuyos éxitos fueron más tarde coronados por Juana de Albret y Enrique III. A Navarra se deben, por ejemplo, los comienzos de la liberación de la mujer y de la libertad de conciencia en una Europa dividida por los sectarismos religiosos y dominada por un chauvinismo machista que se oponía a llevar a cabo los lemas del Humanismo más puro. Fue con el Heptameron cómo la Reina Margarita expresó a través de una colección de relatos los ideales del Renacimiento en Navarra. Los escribió a raíz de la publicación de los cuentos de Boccaccio en una traducción al francés en 1545 y en ellos se pueden vislumbrar principios feministas inauditos para su época. La oposición de España a la obra de Margarita (1527-1549), de Juana de Albret (1555-1572) y de Margarita de Valois (1572-1615) por ser ellas quienes "llevaban los pantalones" en la Corte de Navarra es en sí un hito, más tarde completados por el empeño de Enrique III de Albret en traer la paz a Europa tras las cruentas guerras de religión que asolaron a Francia. Años después de su coronación en París (15723), y sin renunciar al proyecto de su madre, Juana de Albret, proclamó por el Edicto de Nantes (1598) la Libertad de Conciencia para todos, incluidos los protestantes, una de las mayores conquistas, según Thiers , para Europa y para la humanidad. Pero esto le acarreó la muerte y el vil asesinato a mano de un maníaco, F. Ravaillac (1610) que había sido programado por el papado, España y Francia, quiso en vano dar vuelta atrás a la historia; por desgracia resulta lamentable constatar que el legado de Margarita y de Henrique III esté aún por cumplir por lo que toca a la integridad del Reino de Navarra, todavía víctima de la política colonialista de España y de Francia.