Opinión

Los minutos y la gloria

Todos merecemos nuestro minuto de gloria. Y, de hecho, lo tenemos... Al menos al nacer somos recibidos con los brazos abiertos -alas de mariposa-. ¡Que no es poco!

Su momento de gloria tuvo la dichosa Selección Española de Fútbol con la Copa esa, el Barça el otro día, el Nadal este domingo, por ejemplo. Y ya más cerca de la Bardena que de ese Olimpo irreal y mercantil, la pareja formada por María Sanz López -hija del señor Miguel Sanz y de la señora Villar López- y Estanis García Jiménez, tuvieron este sábado en Corella su momentico, al celebrar su boda, aunque fuera con el coche oficial, -que era lo que correspondía-.

Cualquier persona les deseará sólo lo mejor: ¿Qué más se le puede ofrecer a una pareja? ¡Si a los ancianos les decimos "¡Salud!", por los jóvenes enamorados sólo cabe brindar y decir "¡Felicidad!".

Otra cosa, sin embargo, es cuando a uno el minuto, la ocasión, la comunión con la fama o ese efímero protagonismo, le viene de cuna y se lo llega a creer. Que es lo que le pasó el 31 de mayo al Príncipe Felipe de Borbón y Grecia en el Baluarte en Pamplona, cuando intercambió unas palabras con una chica que en la salida de la entrega de los Premios Príncipe de Viana gritó "¡Viva la República!", y el regio chiquillo le dijo tras charlar con ella que "¡Hala, estate contenta, que ya has tenido tu minuto de gloria!", a lo que le respondió que "quería dejar de ser súbdita para ser ciudadana"... ¡El que nace con estrella, se puede estrellar!