Opinión

Los Arcos, el circuito circular

El Informe en el que la Cámara de Comptos ha sacado a la luz las cuentas, idas y venidas del Circuito de velocidad de Los Arcos, no parece desprender grandes interrogantes especulativos más allá del absurdo de que el erario público se haya dejado allí, inexplicablemente, nada menos que 52 millones de euros, al margen de demostrados trajines con el suelo donde se asienta. Lo que deja meridianamente claro, al analizar la embarcada pseudo-comercial en la que se ha metido el Gobierno, y que nadie entiende, es que esa apuesta sólo encierre una vez más un interés desmedido por “ayudar” a los amigos para, de nuevo, y ya van demasiadas veces, favorecer a un círculo cercano al poder en berenjenales especulativos que cuestionan la propia razón de ser y función única de un “Ejecutivo”, que es la “Administración”, no la “Inversión”.

-Además de estar beneficiando sin contrapartida a La Rioja dada su cercanía-.