ETA nuevamente ha golpeado las esperanzas de paz de la sociedad vasca con el comunicado
publicado hoy en el que anuncia la ruptura del alto el fuego. Tras el atentado cometido el pasado
30 de diciembre en Madrid el proceso de paz entró en una grave crisis que se agudiza con la
decisión de ETA de volver a emplear la lucha armada. La violencia, la amenaza y las
vulneraciones de derechos humanos son absolutamente inaceptables y rechazadas por la inmensa
mayoría de la sociedad vasca.
ETA no puede alegar como razón para romper el alto el fuego la falta de iniciativa del Gobierno
o de determinados partidos políticos. Un proceso de paz y de normalización es un camino
complicado en el que aparecen obstáculos y dificultades. Cada cual tiene que ser responsable y
asumir sus propias acciones. De hecho, ETA exige en su comunicado clarificar la situación pero
con la decisión tomada demuestra su nula voluntad de estar dispuesta a dar pasos unilaterales
que permitan desbloquear el proceso de paz. Es más, ha decidido romper el alto el fuego y añadir
nuevas dificultades en el camino hacia la paz.
Por otra parte, ETA vulnera la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca de fin de la violencia y
respeto a todos los derechos humanos de todas las personas. Es especialmente grave que confirme
su “decisión de defender por medios de las armas al pueblo que es agredido con las armas”. ETA
no escucha los deseos de la sociedad vasca y se arroga un papel que nadie le ha otorgado. Somos
una ciudadanía madura que ha apostado inequívocamente por los medios exclusivamente
pacíficos y democráticos para resolver nuestros problemas y mejorar nuestra convivencia.
Además, ETA emplaza a la ciudadanía vasca a rebelarse y a involucrarse, cuando la sociedad
vasca ya se ha movilizado y se ha involucrado, pero en favor de la paz, el diálogo y el acuerdo.
Ante esta situación Lokarri, Red ciudadana por el acuerdo y la consulta, quiere hacer tres
llamamientos:
1- ETA debe escuchar la voluntad de la sociedad vasca y poner fin a la violencia de manera
definitiva.
2- los partidos políticos e instituciones, ahora más que nunca, deben intensificar el diálogo
para acordar una hoja de ruta que permita responder a esta nueva situación y reconstruir el
proceso de paz.
3- la sociedad vasca no debe perder la esperanza. El camino hacia la paz es absolutamente
irreversible. Las voluntades sociales mayoritarias de fin de la violencia, diálogo y acuerdo
son imparables, pese a quien pese, y acabaran imponiéndose.