No es que Ayuntamiento y Gobierno nos estén vendiendo humo,
pero la verdad es que las obras de rehabilitación anunciadas para
la catedral de Tudela, esta vez auspiciadas bajo el apoyo de la Obra Social La Caixa, necesitan de un mayor compromiso y de ser, en realidad, una apuesta más firme con fechas, plazos, mucho más dinero e ideas.
Al igual que a Tudela, les falta proyecto y el diseño de una hoja de ruta con objetivos y un fin, en concordancia con los objetivos por lograr en toda la Comarca, y en la rehabilitación de esta importante seo ribera, joya del tardorrománico cisterciense, se echa en falta la ambición de poner en valor dos de las mayores joyas con que cuenta la capital ribera: su rico pero abandonado claustro románico -y sus 42 capiteles historiados- y su impresionante Puerta del Juicio. De este modo, lo hecho hasta ahora denota interés, pero deja bastante que desear como apuesta de futuro.
Por otro lado, falta aclarar con el Arzobispado cómo dispondrá
la ciudad de esta joya una vez remozada, para que no ocurra como
en la actuación anterior, que éste inmatriculó el bien inmediatamente. La ciudad no dispone plenamente del templo para su uso civil, social cultural y turístico, pero sí que apechuga con todo su gasto corriente.
