Da gusto comprobar cómo, aunque no lo parezca, hay poblaciones riberas muy bien gestionadas. Los vecinos de Arguedas, por ejemplo, a través del proceso participativo que prodiga su Plan 2021, acaban de decidir priorizar la rehabilitación de su casco antiguo por medio de 3 proyectos votados por 137 vecinos que apostaron por este uso de los recursos del presupuesto local, atendiendo así la llamada a la participación dada desde el Ayuntamiento, que también pensaba en esos arreglos, y que ahora ha visto refrendadas sus preferencias de hacia dónde conducir las inversiones y el gasto.
Así, el Consistorio acondicionará e instalará un escenario en la plaza del Tinglao, y también rehabilitará la plaza General Clemente. Y, de este modo, respetando la voluntad y petición popular, destinará 1,6 millones, 15.000 euros y 167.000€, respectivamente, a esas obras.
Todo un ejemplo el de esta singular localidad ribera que bien podrían intentar seguir otras muchas de la Ribera, cuyos ayuntamientos carecen por completo de criterio, objetivos, plan, estilo y gusto por pensar en el futuro. Como le ocurre a Tudela, que no sabe hacia dónde va y a nadie parece preocuparle.
