Opinión

AES denuncia la actitud de Juez Garzón, desenterrando el "guerracivilismo"

Madrid, septiembre de 2008

La decisión del juez Baltasar Garzón de investigar los “desaparecidos” de la Guerra Civil está teñida de un claro color partidista. Tal y como se desprende de la información facilitada por los medios de comunicación al juez “estrella” de la Audiencia Nacional sólo parece interesarle, con su decisión, secundar las posiciones de las izquierdistas Asociaciones de la Memoria Histórica, algunas vinculadas al PCE, y no servir a la verdad.

AES tiene que denunciar, a tenor de las informaciones, la parcialidad del juez Baltasar Garzón al considerar que sólo una parte podría haber cometido delitos de “lesa humanidad”.

AES tiene que señalar la falta de conocimiento que sobre la cuestión parece tener el juez Baltasar Garzón, ya que la documentación que solicita a instituciones se encuentra a disposición de quienes así la reclamen hace mucho tiempo.

AES espera que el juez Baltasar Garzón, por honestidad profesional, al solicitar datos sobre “desaparecidos” con la intención de encontrar causa, concretamente sobre las provincias de Granada, Córdoba, Sevilla y Madrid, desde el 17 de julio de 1936, no prescinda de quienes fueron asesinados en esas provincias a manos de los partidos del Frente Popular, por milicias dependientes de los partidos del Frente Popular, entre los que figuran tanto el PSOE como el PCE.

AES supone que el juez Baltasar Garzón, que de no hacerlo podría incurrir en falta, al solicitar los datos de los desaparecidos en Madrid, incluirá los que reposan en el camposanto de Paracuellos del Jarama, de cuyas siete inmensas fosas sólo se procedió a la exhumación de una; y que, en consecuencia, aplicando su decisión de no aceptar la petición de archivo de la Fiscalía de la Audiencia Nacional proceda a investigar el único caso que sí merezca el calificativo de “delito de lesa humanidad” de la guerra civil. AES espera que el juez Baltasar Garzón actúe, una vez conocidos los datos, contra los responsables de los asesinatos masivos de Paracuellos del Jarama y concretamente contra el antes dirigente comunista Santiago Carrillo.