Opinión

Actividad física y salud

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Las personas con el paso de los años van perdiendo sus habilidades físicas, sobre todo en la 3ª edad, que es cuando se instauran los primeros síntomas. Los más frecuentes son dolores de articulaciones y alteraciones en la movilidad, todo dentro del proceso del envejecimiento. Este proceso no se puede evitar, pero podemos hacerlo algo más llevadero e informarnos de los hábitos saludables que tenemos que realizar para envejecer con salud.



Uno de los más importantes y que ha dado buenos resultados en ese intento de sentirse mejor es la actividad física, acorde con la edad, pautada por el médico y de forma individual, según las patologías asociadas que el anciano tiene, pues es muy frecuente que confluyan en los ancianos varias patologías diferentes.



El ejercicio físico mantenido aumenta la capacidad cardiovascular, mejora la fuerza muscular, la densidad ósea y la flexibilidad de las articulaciones y la motilidad intestinal. También disminuye la tensión arterial, disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos, previene las caídas al fortalecer las piernas y mejora el equilibrio.



También mejora las relaciones sociales y familiares del sujeto y por lo tanto mejora el estado emocional.



Todos los especialistas concluyen en que es muy recomendable para el anciano el ejercicio suave realizado con una periodicidad adecuada y sin agotamiento muscular, beneficiándose tanto física como psíquicamente, ayudándolo a mantener las actividades de la vida diaria y por tanto su autoestima, ganando con ello en calidad de vida en la tercera edad.



Está comprobado que el anciano que tiene una rutina de caminar todos los días o hacer otro tipo de ejercicios de forma suave, previene la inmovilidad y por lo tanto sus consecuencias, que son importantes.



La principal medida para la prevención de la aparición del síndrome de inmovilidad en un anciano, es el mantenimiento diario de la actividad física y la movilidad, en el grado en que el paciente sea capaz de realizarlo y tolerarlo. Andar alrededor de 30 minutos diarios se ha demostrado efectivo para prevenir los problemas de inmovilidad.



Es necesario que el médico o un especialista te recomiende qué ejercicios ayudan a prolongar tu salud y cuáles no se deben hacer dependiendo de las patologías que uno tiene, ya que no todas las disciplinas son beneficiosas para todos.



Una alternativa buena es integrarse en una clase dirigida que te cree la obligación de la constancia.



Las Instalaciones deportivas, las residencias de ancianos y las Asociaciones de la 3ª edad suelen ofrecer este servicio.