Opinión

La mitad de la población de Navarra respiró aire contaminado

El conjunto de la Comunidad soportó una contaminación que daña los bosques y cultivos.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 805 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 13 situadas en Navarra. 

En lo que respecta a Navarra, entre sus principales conclusiones, destacan:

- Durante 2019 la contaminación atmosférica se ha mantenido en conjunto estable, con una reducción general de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) pero ascensos de los de partículas (PM10 y PM2,5), mientras las concentraciones de ozono troposférico han aumentado de forma significativa. La contaminación generada desde la ciudad de Pamplona, las autopistas y autovías, las centrales térmicas de ciclo combinado en Castejón y determinadas instalaciones industriales se extiende por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.

- El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2019 a la mitad de la población y la práctica totalidad del territorio de Navarra.

- Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, no habría población ni superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos. No obstante, el objetivo legal para la protección de la vegetación se superó en las estaciones de Funes y Tudela, en la zona de La Ribera, en relación al contaminante ozono.

- Las bajas precipitaciones y la estabilidad atmosférica de los primeros meses del año han activado los episodios de contaminación. El otoño en cambio ha resultado inestable y húmedo, con predominio de tipos de tiempo ciclónicos que han favorecido la dispersión y deposición de los contaminantes típicamente invernales (NOy partículas). El intenso y prolongado calor estival ha elevado las concentraciones de ozono troposférico, especialmente en la zona de La Ribera navarra.

- El ozono es el contaminante que presentó un año más una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios, con alzas y bajas según territorios. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático. Durante 2019 sus niveles aumentaron significativamente en Navarra, de manera que toda la población y el territorio navarro (salvo Pamplona) han seguido expuestos a concentraciones peligrosas para la salud humana y vegetal.

- Las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire afectaron especialmente a las ciudades de Pamplona y Tudela, aunque sin superar los límites legales. Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, a pesar de que el año pasado se mantuvo la tendencia global a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008, con la crisis económica.

- La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden. Cada año se registran alrededor de 30.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación atmosférica, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Para el Instituto de Salud Carlos III, 10.000 personas fallecen anualmente en episodios de alta contaminación como los registrados a finales de febrero y junio y a mediados de julio de 2019, 340 de ellas en Navarra.

- La información a la ciudadanía no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. El Eurobarómetro sobre la calidad del aire de septiembre de 2019 revela que el 60 % de los españoles encuestados se consideran mal informados, y el 74 % piensa que la calidad del aire se ha deteriorado en la última década. Según otra reciente encuesta de Transport & Enviroment, el 82 % de españoles encuestados apoyaría la restricción de entrada de coches en las ciudades o un reparto del espacio público más favorable a viandantes, ciclistas y transporte público.

- Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

- Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en el caso del ozono, el Gobierno de Navarra lleva años omitiendo la elaboración y aplicación de dichos planes, en la zona de La Ribera, donde resultan preceptivos. Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de sus 190.000 habitantes y de los cultivos y bosques de la zona.

- La única forma de mejorar la contaminación del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas, penalizar el diésel y reducir el transporte marítimo y el uso del avión.

- La reciente crisis sanitaria de la Covid–19 ha corroborado de manera dramática que la reducción del tráfico en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación, algo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública. Ecologistas en Acción está desarrollando una campaña bajo el lema ‘Confinemos los coches, recuperemos nuestro espacio’ para reclamar a las Administraciones medidas en este sentido.