Las empresas nos necesitan más que nunca. Muchas se han visto obligadas a echar el cierre, y otras muchas de las que quedan están con la soga al cuello. Sí, también las hay que han sacado tajada de esta situación.
Sin embargo, debemos comprender que las cosas no son como nos gustaría que fueran. Y aunque el corto plazo es apremiante, conviene no pecar de miopes. ¿Qué futuro le espera a un país sin tejido industrial? ¿Quién va a contratar a los parados y a los futuros graduados universitarios? ¿Cómo vamos a crear riqueza si cada vez tenemos más personas dependientes y menos productivas?
Si nuestras empresas están con la soga al cuello, tarde o temprano esa soga acabará por apretarnos a todos.
Ha sido muy emotivo ver cómo la ciudadanía ha acogido el mensaje de apoyo al comercio local. De pronto nos hemos visto sobrecogidos al pasear por nuestras calles y ver todos los comercios cerrados.
Esta pandemia nos ha enseñado que necesitamos los unos de los otros para salir adelante.
No pequemos de miopes en los próximos meses apoyando medidas que lastren a las generaciones futuras y terminen por ahorcar a nuestras empresas, comercios y autónomos.
Salud y felices fiestas.
potencialdisruptivo.com
