Opinión

El laberinto de los pupitres

“Volvemos”, es el lema que ha escogido el Gobierno de Navarra para bautizar el regreso de los alumnos a las aulas, siendo los navarros de los primeros en iniciar el nuevo y anómalo curso escolar “covidiano”. Pero cabe preguntarse: ¿cómo volvemos? Nuestra comunidad foral al igual que otras provincias seguirá las recomendaciones de procurar mantener las distancias de seguridad en las aulas imponiendo ratios que variarán en función de la edad, adaptar los horarios de salida, aislar los grupos para evitar la transmisión, etc. además de extremar las medidas de higiene requeridas también para el resto del común de los mortales.

Y es que desde que empezó la pandemia organismos internacionales como UNICEF ya venían alertando sobre la necesidad de seguir preservando el derecho a la educación, que no solamente contribuye facilitar el aprendizaje a través de la asistencia presencial, sino que también refuerza la adopción de los alumnos de las medidas a tomar contra el virus. Junto con ello, es importante resaltar que a día de hoy la brecha digital sigue acentuando desigualdades sociales en los grupos más perjudicados (de hecho, recientes estudios como el  del Instituto de Investigación de Capgemini apuntan a que el 69% de las personas sin internet vivían en la pobreza), contra la cual la educación presencial es una herramienta a recuperar indispensable. 

No obstante, la preocupación de los padres estos días no ha dejado de aumentar, no es para menos cuando Navarra se encuentra posicionada en el 4º lugar (detrás de Madrid, La Rioja y País Vasco respectivamente) en Incidencia Acumulada de los casos diagnosticados durante los últimos 7 días, según el Ministerio de Sanidad. Un dato que indica que lejos de tomarlo a la ligera, se debería de tener seriamente en consideración, especialmente cuando desde estudios de la Universidad de Granada apuntan a que meter a 20 niños en un aula supondría aproximadamente unos 808 contactos cruzados en dos días. 

¿Debería cundir el pánico entonces? En principio no, si como con todo se hacen bien y a tiempo los deberes. El haber copiado en cierta medida el modelo de aislamiento por grupos de Alemania quizás debería calmarnos, pero probablemente en España quizás se vuelva errar queriendo hacer como los mejores cuando las cifras siguen hablando por sí solas. Más aún si hablamos de una situación económica muy frágil, en la que traer un niño o joven contagiado a casa puede implicar dejar de traer el pan a casa. Un argumento de peso que debería de llevarnos a plantear la voluntariedad de la asistencia presencial a clase como es el caso de Francia (lo que contribuiría a su vez a reducir el ratio en las aulas). 

Entretanto, y en el día de hoy 4 de septiembre, el presidente del gobierno Pedro Sánchez tenía prevista una conferencia para tratar estos temas con los presidentes autonómicos de cara a consensuar posiciones, que sigue dejando en última instancia en manos nuevamente de las autonomías. Exacto, ese estado descoordinado de las autonomías que si por sí solo ya era un laberinto del que era difícil salir, ahora se le suma el laberinto de los pupitres. Confiemos en que esta vez los pequeños y jóvenes Teseos que se forman en las aulas logren vencer al minotauro del curso que se les pone por delante.