Opinión

Nos abrazamos en vacaciones

Buenos días, hijo, hoy me he despertado demasiado pronto y he estado dándole vueltas a la cabeza a nuestra conversación sobre volver a España a trabajar. Te mando un WhatsApp un poco largo para contarte cómo veo yo la situación. Lo primero que me viene a la mente es la propuesta de escalada de la cotización a la Seguridad de los Autónomos. Supondría que una factura pagada por un cliente de 2.000 € va a reducirse con el 21% de IVA, el 15% de IRPF al neto, y la nueva Seguridad Social del 30,6%, al final quedarán para el autónomo 900 €. Que luego podrá gastar comprando con un IVA al 21%. Nadie va a mejorar saqueando a los autónomos. De primeras conseguirán más recaudación, pero a medio y largo plazo se reducirá la actividad económica y empeorará la situación para todos. Lo que es malo para la abeja no es bueno para la colmena. Claro que, si le quitas 4.000 euros a un autónomo y le das mil euros a cuatro ciudadanos, habrás perdido un voto, pero ganarás cuatro. Son matemáticas electorales. Karl Marx decía que el trabajador estaba alienado porque el patrón se quedaba el fruto de su trabajo en forma de beneficio empresarial. Hoy el que aliena es el Estado y el alienado es el emprendedor. España no es un país para emprendedores. En este país no obtendrás el rendimiento de tu esfuerzo. Nos quieren condenados al mileurismo. Dependientes de la subvención estatal, generando una orientación económica insana hacia el político de turno, en vez de al cliente, que es el que debe pagar los costes y beneficios empresariales. El tema de las subvenciones ha proliferado tanto que ya se les dan hasta a las televisiones privadas. ¿Cómo van a criticar al gobierno? 

El Estado del Bienestar ya no está orientado a la clase media, sino a una clase mediocre. Si te duele la espalda tendrás que pagarte un fisio, o si tienes ansiedad tendrás que pagarte el psicólogo. Si tienes enfermedades graves como el cáncer atienden bastante rápido, el problema está en que las listas de espera, para pruebas diagnósticas son tan largas, que quizás te lo detecten cuando sea demasiado tarde. El gasto en sanidad privada sube cada año. La educación pública busca la igualdad. Solo se puede igualar hacia abajo, restando al que más talento tiene para rebajarlo a la altura del resto. Crece todos los años el gasto en educación privada. No vamos a cobrar pensiones porque la Seguridad Social está quebrada, como ya lo anunció su máximo responsable Octavio Granados en 2018. Así que cada día hay más aportaciones a planes de pensiones privados. Al Estado no le pagamos a cambio de nada, le pagamos porque si no vamos a la cárcel. Cuando el gobierno se expande, las libertades del pueblo se restringen. Hay que trabajar e invertir en países donde sus gobiernos estén a favor del crecimiento de sus empresas y de su economía. Y huir de los que se dedican a exprimir la actividad económica porque se piensan que la riqueza es lo normal. No se dan cuenta de que la situación original del hombre es la pobreza. Si hay riqueza es por el trabajo duro y el ahorro. Sino que se lo pregunten a los abuelos que vivieron la España del hambre. La presión fiscal que tenían los abuelos era inferior al 20% de la riqueza nacional (cuando yo nací era del 16% del PIB). El 80% se lo quedaban los abuelos para ahorrar y reinvertir. La presión fiscal de hoy es el del 40% y creciendo. Ellos trabajaron con los dos brazos, nosotros solo con uno. 

Las ayudas europeas son un dinero que va a ir primero a los bien relacionados y a proyectos de moda. Pero conforme ese dinero vaya entrando en la sociedad el efecto se anulará por la inflación y los impuestos. Como diría el profesor Rodríguez Braun, ”Los planes de recuperación los va a pagar usted, Señora”. No creo que un hipotético gobierno del PP cambie las cosas. Recuerda que Rajoy prometió bajar los impuestos y luego los subió. Los que no podemos emigrar tendremos que tratar de influir para que cambie la situación, pero me temo que va a ser difícil. Solo una inflación creciente que obligue al BCE a subir los tipos de interés quebrará al Estado y se romperá este circulo vicioso. Esto sería un choque frontal terrible contra la realidad inmisericorde. Hoy vivís fuera de España más de un millón. Pero eso no es ningún drama, compáralo a cuando se fueron los tíos de San Sebastián a Venezuela en el año 1954. Hoy podemos ir a cualquier sitio del mundo en un día y a precios asequibles, estamos conectados al instante con el WhatsApp. Para que vuelvas tendrán que cambiar mucho las cosas, mientras tanto seguimos en contacto online y nos abrazamos en vacaciones. 

Carlos Medrano, un padre economista.