Opinión

Buen chasco me llevé al leer lo falso

A día de hoy, cuando entre las páginas de este número especial de la revista Plaza Nueva ven la luz las palabras que conforman estos renglones torcidos, son legión (cifra variable, dejémosla en seis mil) las personas (de ambos sexos y diversa identidad sexual) que en Tudela sostienen que este año, 2020, dentro de escasas fechas, el próximo 24 de julio, viernes, a las doce del mediodía, no acaecerá el lógico y habitual, deseado y esperado, chupinazo en la atestada Plaza de los Fueros (o Nueva). Me sumo con gusto, sin formular objeción, al abundante y coincidente criterio de la susodicha legión, tras leer, por azar (nombre que no falta quien toma como uno de los seudónimos que suele usar Dios, cuando no le apetece firmar con el suyo propio, verdadero), un informe, que ha caído en mis manos y porta la rúbrica de un notario de la citada ciudad, en el que se refieren, dando pormenores sin cuento, los hechos que acontecerán (si uno cree a pies juntillas que se puede presagiar el futuro), tras la hora mentada arriba, en las calles, establecimientos y plazas de la capital de la Ribera Navarra.

En dicho informe se explica, detalladamente, qué sucedió (en puridad, qué iba a suceder). Servidor le hubiera otorgado absoluta credibilidad, si, tras dar cuenta de un montón de eventos verosímiles, no se hubiera dedicado el fedatario a narrar lo imposible; por ejemplo, que yo abrazaba a mis cinco hermanos (sí, al finado José Javier también, a quien le daba, en concreto, uno diuturno, profundo) y cuñadas/o, a mis difuntos padres, a mis ocho sobrinos y a mis amigos; y reía, departía gozosamente, daba ósculos sin parar y brindaba (por el trío clásico, la salud, la amistad y el amor), ora con cava, ora con cerveza, con mi amada musa tinerfeña, Iris.

He leído, de cabo a rabo, con suma delectación, el informe mendaz, falso, pero no le he hecho el menor caso, porque, como ocurre con tantas obras literarias, “Don Quijote”, verbigracia, la presunta realidad o verdad de lo contado era un sueño, quimera, ilusión o ficción. ¿O es que un acta notarial, la historia o relación fehaciente de los hechos que presenció un notario, ha devenido ya un nuevo género literario?