Opinión

Sentimiento racional

A lo largo de los tiempos, revoluciones sociales, guerras, movilizaciones  grupales e ideológicos, han dado como resultado, cambios de etapas a nivel evolutivo en la humanidad tal y como la conocemos. Alguna de estas etapas, han sido de dudosa actuación pero siempre han determinado la prosperidad y avance de sus integrantes.

Quizás, estemos ahora en el punto de una nueva etapa cíclica humano- social en la que se debe de perseguir dejar atrás todo lo hecho y vivido para comenzar de nuevo. Los países modernos, aquellos que cuentan con superpoblaciones deben de reinventarse y mirar al futuro con un orden social muy establecido. Las jerarquías tanto sociales, como poblacionales y los desarrollos de manutención a todas las escalas, deben de ser las prioridades de los futuros países con ambición de subsistir e integrarse en la nueva formación de las sociedades con futuro.

El lamentable episodio vivido en España a nivel político, deja en entre dicho la capacidad de posicionarse en este nuevo futuro programa de desarrollo social y subsistencia. Los países con mayor potencial tecnológico y humano, ya marcan fuerte este camino no dejando perdidas ni fugas en disputas banales dentro de las acciones de gobierno, focalizando su posición y crecimiento frente a los demás.

España, se enfrenta a un cambio drástico en la concepción no solo de muchos de sus estados de bienestar, sino de un modelo mínimo de unidad social para acometer con garantías el futuro. El desarrollo de una formalidad para la gestión del país de una manera limpia, exenta de crispación, intolerancia, y firme contra los enemigos, es necesaria de manera urgente.

Los estados y gobiernos políticos sobredimensionados soportados en las figuras personales de aquellos que los componen, están fuera de estos nuevos programas  de desarrollo social. Resulta frustrante ver como la imagen que se necesita de nación fuerte y comprometida se degrada día a día envuelta en diferentes conflictos político sociales. La posibilidad de una gestión al margen de un color, cobra cada día más fuerza apoyada únicamente en el convencimiento, de que es lo mejor para todos.