Opinión

En recuerdo a Carmelo

Las Bardenas, nuestra Bardena, acaba de perder uno de sus hijos, quizás solo quizás, lo ha ganado para siempre.

Defensor de la caza como él la entendía y vivió, de existencia y subsistencia, defensor de los valores que bajo el sentido común, aunaban a la familia. Gran profesional con el oficio como bandera en los tiempos, en que la libreta se usaba para dibujar y escribir.

Tuvimos la suerte de conocerlo y jubilarlo en nuestra empresa, donde pudimos aprender no solo como el hormigón adquiere forma en una mesa, si no como con buen talante se puede hacer cambiar a alguien de opinión. Su letra era como de imprenta, con pronunciados y perfectos acabados técnica que describía su formación corazonista.

Deja para su familia y amigos sus legados como: buscar una liebre, cómo cazar en mano, el respeto y amor a las Bardenas defendiendo con sentido, el conocimiento adquirido. Muchos años vividos, una buena vida, en el convencimiento de que de alguna manera volvió a sentir el romero, el tomillo y el esparto que los días de cierzo, hacen un perfume especial en el entorno de su caseta.