Opinión

Nuestro futuro, a prueba de adversidades

Bajo el manto gris de esta pandemia, de esta clasificación del más fuerte, se encuentra el derecho a vivir, a querer amar, compartir, dejándonos invadir muchas veces, por el sufrimiento ajeno. Esta simbiosis de humanidad, nos lleva a aguantar más fácilmente los peores momentos, en el consuelo lejano de que otros a pesar de nuestra ayuda, están peor.

En la actualidad, se está viviendo una carga de sensibilidad diaria elevada, debido al gran poder de la informacion que nos llega de manera casi instantánea y de todo el mundo. Si hablamos de manera racional y convencional acerca de lo que estas sensaciones y vivencias diarias representan en el plano humano, podríamos asegurar que nos están haciendo mejores personas, mejores habitantes, aunque en ciertos sentidos se encuentre algo de radicalidad.

Como eslabón de esta gran cadena, debemos permanecer unidos en el convencimiento de que algo bueno está por llegar. La cercanía de nuestros vecinos, de amigos, de familia, que en estos momentos o en otros lo pasaron mal, nos ayuda a crecer por dentro mostrando nuestra mejor versión, de personas involucradas en nuestra propia vida. Es como si yo fuera el papel de mi propio actor y el guion estuviera formado de esta nueva gran familia.

Debemos aprovechar esta terrible pandemia para sin perder esperanza juntarnos, unirnos más, ser más solidarios y buscar la capacidad de perdonar para mejorar. Estamos viendo, la realidad de la vida que físicamente es un trámite no duradero y que por diferentes motivos puede acortarse de golpe. Vamos a vivir, debemos vivir, para que los demás, sobre todo los más jóvenes, aprendan a hacerlo y no desde un sentido físico o material que por supuesto ya lo saben hacer, si no desde el humano.

Las sociedades avanzadas comprometidas con desarrollos económicos gigantes y con estrategias de futuro colonizantes, menosprecian e ignoran la fuerza de la unión de esta cadena, formada con eslabones de vida y esperanza. Nuevos retos se plantean para nuestro gran país, soportado ahora por el manto de una Europa cargada de incertidumbre.

Solo, nuestra fuerza, capacidad tecnológica y humana de grupo en el futuro, podrá hacer frente a aquellos que desconocen o infravaloran dichos atributos. Entre tanto, seguiremos trabajando, aguantando, no solo para mantener a nuestras familias, si no para mantener el espíritu de vida y futuro, más fuerte que nunca.