Opinión

Vivir con el Covid

La pandemia del covid, según todos los indicios, va a durar bastantes meses. El encierro no es la solución, porque el tejido productivo se destruiría y la economía quedaría lastrada tal vez para mucho tiempo, además de provocar mucha miseria. Hay que abrir la sociedad. Hay que recurrir a la responsabilidad de los ciudadanos. No debemos ser tratados como niños y fiarlo, fundamentalmente, a la represión. Los ciudadanos, por nuestra parte, debemos tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos. Es la forma de más garantía, la más madura, la más respetuosa, la más democrática. Es un tema que nos atañe a todos y todos debemos implicarnos.

No queda otra solución que convivir con el covid, ahora ya con la expansión atenuada, pero para eso hay que insistir hasta la saciedad en métodos rigurosos de protección individual y colectiva. La protección individual es responsabilidad personal: las mascarillas, el lavado de manos, la distancia, evitar reuniones, seguir las normas, etc.

Las mascarillas: imprescindibles en actividades compartidas. No basta la distancia. Respirando normal el virus puede llegar a dos metros, pero tosiendo, haciendo deporte, puede llegar mucho más. Las mascarillas deben ser “homologadas”. Muchos sanitarios se han contagiado por material de protección inadecuado. Lideramos, tristemente, el ranking mundial de sanitarios infectados y de muertes, por millón de habitantes.

Las medidas colectivas: evitar reuniones tan irresponsables como las que se están viendo los primeros días de asueto. 

En las empresas, los Servicios de Seguridad e Higiene junto con los Servicios Médicos, deben plantear las normas necesarias, si es preciso con asesores oficiales, pero son los que conocen cada empresa. Dictar solo normas generales no vale, porque hay muchas situaciones particulares que conocen los técnicos de cada centro de trabajo.

Es negativo no delegar, tanto en las empresas como en las Comunidades Autónomas. Por supuesto controlando. Hay muchos matices que desde el vértice de la pirámide del poder no se pueden conocer. 

Hay que exigir a los políticos competencia acudiendo a los asesores más capacitados, que en este país hay muchos y muy buenos. Es una irresponsabilidad no recurrir a los mejores en favor de camarillas. Hay que buscar la excelencia en la gestión, porque las consecuencias de hacerlo o no, son el que haya más o menos muertos y graves problemas económicos y sociales.

Delegar y compartir es la forma más inteligente y eficaz de ejercer el poder en temas tan importantes y de consecuencias tan nefastas como los actuales.