Opinión

El sueldo de algunos deportistas

Recientemente, ha salido a la luz el contrato de Messi, jugador del futbol club Barcelona, tal vez el mejor del mundo. La noticia es el desorbitado sueldo que cobra. Este dato sirve para suponer, -aunque estén lejos de Messi-, lo que cobran muchos deportistas y otras profesiones que aportan a la sociedad poco más que entretenimiento.

No tengo nada contra Messi, es un excelente jugador y, como persona, me parece prudente, me merece respeto e incluso me inspira simpatía su forma de ser discreta. Por derivación, me refiero a todos los jugadores de élite y a otras profesiones florero para la sociedad, entendiendo por tales las que solo aportan entretenimiento, en todo caso necesario, pero retribuido de forma mucho más racional. Ellos no son los principales culpables de la situación. Es el sistema el que falla.

 Aportan a la sociedad solo entretenimiento. No me extraña que estos contratos se mantengan en secreto, porque resulta obsceno ante la situación de muchas otras personas que, trabajando duramente y llevando una vida de sacrificio, apenas pueden llegar a final de mes siendo, además, muy necesarios para la sociedad; suponen parte importante para el desarrollo de un país, junto con investigadores, profesores y otras profesiones que cobran sueldos modestos, en general.

El deporte, fundamentalmente el futbol, se ha convertido en el opio del pueblo, el circo de los romanos que, junto con las televisiones frívolas, nos tienen anestesiados. Esta diversión está potenciada por otros poderes económicos que manejan televisiones, casas de apuestas, incluso a poderes políticos. A base de potenciar el juego y la diversión obtienen pingües beneficios, beneficios que no salen del aire, salen de los de siempre, de los ciudadanos, por medio de los anuncios, las apuestas, las camisetas, en definitiva, de poner valor a cosas que objetivamente no lo tienen. A los “poderes” no les interesa que seamos personas informadas y reflexivas; eso lo consiguen magnificando el deporte de masas y los programas frívolos en la tele, que a su vez hacen manipulación informativa.

Vivimos en una sociedad tremendamente injusta, que nos tiene subyugados y manipulados por grandes poderes económicos en la sombra con objetivos concretos, y estos habilidosos del balón y otros deportes, son magnificados y utilizados por los medios de comunicación para crear en torno a ellos y sus habilidades, una aureola como si se tratara de héroes nacionales e incluso internacionales, cuando, repito, solo aportan entretenimiento. Si lo pensamos seriamente, parece hasta ridículo, pero es sangrante; en realidad es la “jugada perfecta”.