Opinión

La Chacha

Era una mujer entrañable. Siempre con su amplia y franca sonrisa, su carácter afable y próximo. Formó parte de mi universo infantil, desde que ella era muy joven y yo un niño crecido. Nací en la calle del Juicio, encima de lo que hoy es el Rancho Grande, en el segundo piso; mi habitación daba a la calle la Rúa. Desde niño nuestro escenario de juegos y de chuches, era la plaza de San Jaime. De él formaban parte una serie de personajes que eran habituales en la Tudela de entonces

 “La Chacha” era la referente de nuestro barrio, y ha seguido casi hasta nuestros días. Entrañable mujer, siempre con una sonrisa, discreta, amable, próxima. Nunca tuve ocasión de hablar mucho con ella, aunque le tenía mucho aprecio. Siempre nos mirábamos y nos saludábamos con una sonrisa, reconociéndonos como parte integrante de un paisaje urbano que habíamos compartido anclado en el siglo pasado. Se ha ido una de esas personas de la Tudela de siempre. Cuando pasemos por la plaza de San Jaime, no podremos menos que recordarla con cariño.

Descanse en paz Mercedes Lapuente Lázaro: La Chacha. Mis condolencias a sus familiares.