Es un hecho recurrente que cada 24 de julio a las doce del mediodía con toda solemnidad, emoción y jolgorio la Plaza Nueva de Tudela se llenará de personas que de forma casi ritual, dan rienda suelta a unos días de ocio, diversión, encuentro de amistades y familiares.
Es momento todavía para reflexionar sobre el hecho de esa fiesta tan de calle como son las de nuestra ciudad. La fiesta es diversión, es música y gastronomía. También veneración para quien así lo viva.
Me gustaría poner el acento en cosas como que, la fiesta puede ser laica y religiosa y que todo cabe en el respeto que nos debemos.
La fiesta es música y gastronomía, me gustaría que fuera muy fusionada con los gustos de las gentes que convivimos en nuestra ciudad.
Me encantaría que esas músicas diferentes viajaran por calles y barrios, sin tener que depender de estar en un recinto solamente.
Creo un acierto que la fiesta no gire en torno a lo taurino sufragado con fondos públicos.
Parece oportuno que se piense en la fiesta de las edades, haciendo más partícipes de ellas a pequeños, mayores y ancianos.
Me encanta la fiesta de las mañanas. Más participación en pequeñas competiciones, sin más ánimo que disfrutar.
Y finalmente me encanta el respeto siempre. En fiestas más, con las personas más vulnerables.
La juerga y la diversión nunca será tal, si alguna persona es agredida.
Viva la fiesta 2018 Después a pensar en la próxima.