Opinión

Sin alboroto festivo por favor

La situación que estamos sufriendo de la pandemia, vino por primavera. Nos dejó sin disfrutar de la explosión del color de la naturaleza. Continuó por el verano, que silenció las fiestas populares, sin música en plazas y bares y estamos en otoño, viendo con inquietud lo que parecía se podía controlar, y está desbocado como un potro que saliera a disfrutar en libertad. 

Estas líneas pretenden ser un recuerdo para las familias que han perdido a sus seres queridos, en circunstancias como nunca pude imaginar.
No hay consuelo para tanto dolor.

No quiero seguir escribiendo una letra más, sin reconocer el esfuerzo heroico de muchas personas trabajadoras de la sanidad, de los supermercados y otros servicios que han trabajado para que lo fundamental en la vida, no nos haya faltado.

Y un apoyo, para quien está en situación muy precaria, bien por falta de trabajo o porque peligra el que tienen.

Llega el invierno y con él otra fecha importante en el calendario, para  mucha gente y sin doblegar al “bicho”...
¡La Navidad!

Fiestas que serán diferentes en el disfrute, porque así nos lo debemos plantear. La auto responsabilidad es la vacuna que funciona, mientras la otra no esté disponible.

Esta Navidad puede transformarse en lo que de verdad nos mide como sociedad.

La solidaridad y el apoyo a quien menos tiene. No es caridad lo que reclamo, es llegar con nuestro apoyo, donde la administración no lo consigue: Las ONGs, los Bancos de Alimentos, el voluntariado.

Son claros ejemplos con su trabajo y dedicación, del sentimiento navideño que tan fácilmente se nos olvida. Porque el consumo desaforado en ocasiones, nos hace perder de vista lo que importa.

El virus nos ha dejado bloqueados. Por primera vez en muchos años,
el mundo rico, también lo sufre. Pero hay esperanza y ahora tenemos más recursos.

Por tanto, mi resumen es menos alboroto festivo y consumamos cultura, seamos espléndidos con los que menos tienen, porque eso ayudará a salir antes de este mal sueño.

Sin ser creyente, creo que ese es el verdadero sentido de la Navidad.