Este mes de abril nos confina en casa un virus que hace estragos en el mundo, pero eso no debe ser motivo para hacernos olvidadizos ni mostrencos a la sociedad y a los políticos por estar en el gobierno.
Me quiero detener especialmente en ésta cuestión. El Sr. Garzón republicano confeso y el Sr. Iglesias han conmemorado a pesar de ser ministros con cartera, el aniversario de la República y por éste motivo le han llovido críticas sin consuelo de algún gurú del periodismo a éste último.
También les llovieron cuando el 3 de febrero de éste año 2020 aplaudieron el discurso del jefe del estado en el Congreso de los diputados. Se pongan como se pongan, les cae el chaparrón.
Me detengo en la narrativa crítica hecha por el Sr. Gabilondo en su columna de la mañana para le grupo Prisa.
De esas opiniones destaco las que más me han llamado la atención.
- Que Unidas Podemos reivindique la Republica, le parece bien
- Cuestionar al Rey, estando en el gobierno, no tanto.
- Propone el periodista que se abra limpiamente sin radicalidad el debate sobre República o Monarquía.
- No es muy atinado, continúa el periodista, jurar lealtad al jefe de estado en la toma de posesión del Ministerio y ahora criticar la forma política que tiene España.
- Unidas Podemos, podía hacer una evocación más elegante, siendo más coherente conjugando la prudencia con la discreción, cosas que no adornan a la persona de Pablo Iglesias. Me parece innecesario entrar en comentarios personales.
- El Sr. Iglesias hace una discriminación, dice el periodista, de aquellos artículos de la Constitución que desea se cumplan. Son los tocantes a la parte más social y no ha puesto el mismo énfasis en la forma política de estado español, ni el título II, tampoco en el preliminar de la constitución, relativo a la corona.
En mi humilde opinión, las razones que he entresacado de la columna periodística no invalidan la reivindicación o crítica, de un Vicepresidente de Gobierno.
Desde el respeto absoluto a la opinión de un periodista de reconocido prestigio, deseo mostrar mi desacuerdo en algunas cuestiones importantes que creo necesario puntualizar:
- Es cierto que el Sr. Iglesias ha exigido que se cumpla la constitución en lo relativo a la parte más social y no ha puesto el mismo énfasis en la forma política del Estado español. Eso no invalida su crítica a la monarquía.
- Creo que el periodista, actúa como intelectual orgánico de la parte más retrógrada del Partido Socialista y de la derecha española que nunca ven oportuno abrir el debate de República- Monarquía. Soy consciente de que será complicado establecer una reflexión de éste tipo sin fragor político.
- Es de justicia, a pesar de lo que estamos viviendo en estos momentos, reivindicar y trae a la memoria colectiva el 14 de abril de cada año, un hecho histórico como es la república.
- Hay que apartar del imaginario de algunas personas, que la monarquía es intocable y por ende, ser nacido en España nos hace consustancial a ser monárquicos.
En estos casos conviene recordar “la norma suprema”.
El título preliminar de la constitución española de 1978 en su artículo 2 dice que: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del estado”
Pues bien, el titular del poder constituyente, el pueblo soberano al que hace referencia la constitución, nunca ha sido consultado. No tuvo opción. Y la constitución asume la monarquía parlamentaria de facto y el principio monárquico se convierte en puntal sobre el que se fija la constitución.
Unidas Podemos dentro y fuera del gobierno de coalición ha sido crítica con la monarquía en dos aspectos.
Una y fundamental, porque no es la forma más democrática de elegir al jefe de gobierno de una nación. Ya que como dice la constitución, “La corona es hereditaria, el rey es inviolable y no está sujeto a responsabilidad”. Un jefe de estado en una República democrática no tiene éstas prebendas.
La otra es que la imagen y hechos que el rey de España y parte de su cohorte, han utilizado para enriquecerse ilícitamente son bochornosos.
Urdangarín yerno del rey emérito juzgado y cumpliendo cárcel. El emérito una vez que se pase éste momento, tendrá que rendir cuentas ante los tribunales, por la riqueza acumulada, presuntamente de forma ilegítima.
Para finalizar, el rey actual, en medio de la crisis de salud y económica, emite un comunicado, que no sirve para nada, donde trata de lavarse las manos, diciendo que renuncia a la herencia que le deja su padre.
Evita tomar la iniciativa de hacer una propuesta para que, las asignaciones públicas que sustentan el gasto de la casa real, sea transparente o denunciar actos fiscales, cuando menos irregulares. No se heredan de repente, 100 millones de euros, sin preguntar la procedencia.
Cómo para no ser republicanos con ésta monarquía.
