No sé si a ustedes les pasa. Yo estoy así de hace mucho tiempo. Perdido de forma crónica. Soy incapaz de poner orden a mis pensamientos, pero cada día estoy más cerca de una conclusión que me llene. Tratar de entender los actuales valores de una sociedad en soledad, individual y colectiva, y desproporcionadamente pasota, es misión imposible, y requiere el psicoanálisis de los expertos, no es mi caso.
Cuando hecho la vista atrás de mi medio siglo, añoro la lucha sindical, la solidaridad o el compañerismo. Ves tus más de 35 años trabajado y cotizados como un trofeo en tu vida y lo comparas. Maldita manía comparar todo. Cada paso era una dificultad y un logro a la vez, y en este esfuerzo cayeron muchos/as en defensa de los derechos que hoy perdemos a pasos agigantados.
"El futuro no importa y no merece la pena intentarlo"
¿Cuál es la reacción a esta pérdida en el bienestar de las clases más necesitadas?
Sólo burocracia, buenas palabras. Y me siento triste cuando son los propios interesados los que cierran los ojos cuando les dan el cachete. Una y otra vez agradecen a sus agresores que el golpe no les derribe totalmente.
La conclusión a la que muchos llegamos es que el futuro no importa y no merece la pena intentarlo. Este es el objetivo histórico de los corruptos y los vividores, y con nuestro inestimable apoyo lo han conseguido. No hay nada que me alegrase más que estar equivocado.
Alfredo Gil ‘Txiki’
Trabajador
