Opinión

La cara amable de la Navidad

No es santo de mi devoción el periplo navideño. Pero busquemos definiciones al mismo, seamos valientes y mirémonos frente al espejo. Si rompemos las amarras pseudosociales y nos miramos nosotros mismos a los ojos, encontraremos respuestas.Por ejemplo: ¿Por qué hay que ser más bueno, más amable o más sonriente? Acaso hacerlo en estas fechas tan entrañables nos hace diferentes a lo que en realidad somos ¿Por qué un comportamiento arcaico y hortera que rezuma hipocresía a raudales? ¿Tradición familiar?, ¿qué tradición? No trato de dar una imagen de aguafiestas. Todo lo contrario.

Y si la magia de la Navidad nos descubre quienes somos realmente y nos enseña a querernos tal y como somos y a caminar por la senda que libremente hemos escogido. Seremos valientes y más felices. Felicidad, sencillamente. Felicidad a todas y todos.