La feria en la que ha convertido a la Administración Local su Ley de Racionalización empezó por el sueldo de los alcaldes: siempre se habló del límite de 100.000 euros, pero acabaron poniendo las retribuciones de un Secretario de Estado, cuando cobran casi un 25% menos. Entonces la tómbola dio su primer premio: el “perrito piloto”, y donde dije Secretario de Estado digo 100.000 euros.
Después aparecieron los malabaristas autonómicos dictando normas para evitar que la Ley se aplicase en sus territorios, algunas con funambulismo sin red dictando simples circulares, y ello a pesar de que cuando tuvieron la oportunidad de manifestar su oposición en el Senado la mayoría hablaron de “lealtad institucional”, de la que se olvidaron al volver a sus sitios.
También actuaron los prestidigitadores para sortear obligaciones, como la asunción progresiva de las competencias relativas a la salud costeadas hasta ahora por los Ayuntamientos, o de aquellas que dejen de prestar los que no quieran hacerlo al no tener obligación, o no puedan por su situación económica, etc. Pero: abracadabra, nada por aquí, nada por allá.
"Ahora la tómbola acaba de dar otro premio"
Ahora la tómbola acaba de dar otro premio: la muñeca “chochona” en forma de la obligación de que los Ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes tengan un Tesorero de habilitación nacional. Esta medida incide fundamentalmente en los Ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes en los que las funciones de Secretaría e Intervención las desempeña el mismo funcionario, cuando hoy día por el volumen de operaciones, por las obligaciones legales e incluso por la información que hay que remitir al Ministerio de Hacienda, hubiera sido más lógico que, de tener que contar con dos de estos funcionarios fueran un Secretario y un Interventor en lugar de un Tesorero. Pero es que además debemos tener en cuenta los Ayuntamientos que tenemos en España, donde 470 no llegan a 50 habitantes ó 3.787 no alcanzan los 500. ¿Cómo creen en el Ministerio que pueden hacer frente a estos gastos?, ni siquiera en la inmensa mayoría de los 4.873 con menos de 1.000 habitantes, por lo que debería haberse empezado el circo por las jaulas y no por las fieras y acometer de una vez por todas la modificación de la planta local para tener Ayuntamientos con la suficiente entidad como para poder tener estos funcionarios.
También está prevista la asunción por las Comunidades Autónomas de las competencias en materia de servicios sociales, que habrán de serlo con las campanadas de Nochevieja. Pero seguro que nos tienen reservado un número espectacular.
¡Pasen y vean!
Alejandro de Diego
Secretario Administración local