Opinión

Susto energético

Es pleno invierno y llegan consumidores muy preocupados porque ven cómo su factura de luz o gas se ha llegado a triplicar y tiene que pagar cientos de euros de más. ¿Por qué sucede esto? Estas pueden ser alguna de las razones:

  • El precio de la energía en los mercados mayoristas experimentó una espectacular subida el año pasado, especialmente hasta otoño. A un mercado energético que ya estaba subiendo, se unió la guerra de Ucrania, que complicó aún más la situación. Este precio creciente se ha trasladado de una u otra manera a muchos hogares. 
  • Otras veces el consumidor no tiene su contrato ni conoce las condiciones. En muchos casos en Irache se ha comprobado que tiene pactado un precio de la energía muy alto y se le ha asesorado para cambiarse a otras ofertas más económicas. En recibos eléctricos un recibo puede duplicar el otro y en gas natural las diferencias pueden triplicarse.
  • Otros encarecimientos de la factura de la luz o el gas se explican porque la vigencia del contrato, generalmente anual, ha concluido y la empresa ha aplicado nuevas condiciones. Así, de un mes a otro el consumidor ve como su recibo sube de forma espectacular. La compañía tiene obligación de comunicar al consumidor este cambio de condiciones con un mes de antelación. 
  • Algunas personas han llegado a hacer hasta cuatro cambios de compañía en apenas dos meses, a través de llamadas telefónicas. Los consumidores llegan a Irache sin saber con qué compañía están actualmente ni a qué precio están pagando. Muchos de estos contratos cuentan con servicios vinculados, de cien o doscientos euros, que, aunque el cliente cambie de suministrador, se los cobran de forma íntegra.
  • Otra cuestión conflictiva en los contratos de luz y gas son las lecturas de consumo, especialmente de gas. Llegan a Irache muchos casos de facturas de luz con repetidas lecturas estimadas o con supuestas lecturas reales que no responden a la realidad. Si continúan durante meses, el consumidor puede acabar pagando mucho dinero de más.

Desde Irache recomendamos revisar los contratos de luz y gas, especialmente el precio pactado por la energía consumida, así como la existencia o no de servicios vinculados. También es recomendable revisar de vez en cuando las cuentas bancarias.