Opinión

Rectificación SNS-O

Hace treinta años, sobre todo en Navarra triunfaban los movimientos antimilitaristas de la insumisión y la objeción de conciencia. Sin embargo, no fuimos pocos los que decidimos cumplir con el servicio militar. En mi caso, como joven hacía tiempo que había dejado de pertenecer a ningún tipo de colectivo ni movimiento social y solamente deseaba tener un empleo y sacar tiempo para estudiar, algo que no había podido hacer, aunque ahora sea licenciado en Filología española por la UNED. Aunque tenía mis ideas políticas, era la literatura hispana lo que más me agradaba y descartaba para mí cualquier tipo de radicalismo político. Yo condenaba el terrorismo de ETA. Mi destino fue la Brigada Paracaidista, donde no me adapté muy bien, aunque la mili transcurría con cierta normalidad. 

Todo se me complicó cuando la organización terrorista ETA asesinó a un guardia civil cerca del cuartel donde estaba destinado, en Alcalá de Henares. A partir de ahí, me quedé solo porque soy nacido en Bilbao y mis apellidos son vascos. Ante la posibilidad de pasar de uno a tres meses en Alcalá Meco militar, solicité la consulta de un psiquiatra y se me concedió. Fui al hospital militar Gómez Ulla de Madrid y un psiquiatra con el grado de capitán me eximió de cumplir la pena de cárcel y me diagnosticó un trastorno de la personalidad a causa de un desajuste convivencial familiar previo al ingreso en el Ejército. Por lo tanto, volví a Pamplona y mi familia se puso en contacto con el Centro de Salud Mental correspondiente para que siguiera en tratamiento. A partir de ahí, se desató la locura. 

Un psiquiatra de marcada ideología abertzale redactó un informe plagado de falsedades que ha condicionado mi tratamiento todo este tiempo de forma muy perjudicial para mi familia y para mí. Treinta años después, gracias a la documentación que me envió la Brigada Paracaidista, he podido demostrar la falsedad de los informes del Hospital de Navarra, mi psiquiatra actual lo ha hecho constar en un informe de rectificación y el propio consejero de Salud del Gobierno foral me ha enviado una carta reconociendo el error, pidiéndome disculpas y sugiriéndome la posibilidad de que interponga una denuncia. No sé cuál debería ser mi siguiente paso.