Opinión

Urbanismo de Tudela: Castillo... de naipes

Poco queda ya para acabar la legislatura. Algunos, como el que suscribe, no seguiremos, otros sí, otros serán nuevos y, como es sabido, alguna vuelve.

Durante estos 8 años, en los que he participado en las comisiones de ordenación del territorio y urbanismo del Ayuntamiento, he visto una clara evolución desde los momentos en los que todo se podía hacer a aquéllos en los que nada se puede porque no hay dinero. Sin embargo, salvando honrosísimas excepciones, como el Lourdes Renove, me voy con la sensación de que no se ha hecho nada relevante, que Tudela se ha estancado o retrocedido en esta materia. Desde luego todos tendremos nuestra parte de culpa, la mía quizás sea no haber sido más insistente para que esto cambiara.

No obstante, conviene recordar qué asuntos nos han traído hasta aquí y quiénes han sido los principales responsables de nuestra situación para poder comprenderla.

En estas dos legislaturas, muchas de las comisiones de urbanismo han estado destinadas a enmendar entuertos tan conocidos como la pavimentación de la Carrera y Plaza Nueva, el culebrón de las Piscinas cubiertas, el cubrimiento del Queiles nunca terminado, los socavones de la Champiñonera o del campo de Santa Quiteria, la sede de la Policía… convirtiendo a Tudela en una ciudad atrapada en el tiempo (un eterno día de la marmota), sin estrategia, con proyectos gigantes que no se pueden acometer y con pequeñas cosas que nunca se acometen y acaban siendo gigantes. Con una falta de interés por nuestro patrimonio territorial que se muestra en unos caminos destrozados y un comunal al que no se le da ningún valor.

Dos nuevos ejemplos de esta desidia, derivados de decisiones anteriores a esta legislatura, los hemos visto estos días en la comisión. Por un lado la ocupación de la Facería (terreno comunal compartido por varios ayuntamientos) que el ayuntamiento de Tudela compartía con Fustiñana y Cabanillas, y que en el año 2009 el Ayuntamiento de Fustiñana ocupó para construir una congeladora y un parque solar sin que el Ayuntamiento de Tudela lo supiera. Ante esta situación se encargó la realización de un informe, que acabó concluyendo que el patrimonio de todos los tudelanos se había visto afectado por esta actuación y que el Ayuntamiento tenía que demandar una explicación y una compensación. El informe llegó a la mesa de la entonces responsable de urbanismo, Mariví Castillo, y allí se quedó. Hasta la fecha nadie del Ayuntamiento ha pedido una explicación ni una compensación por estos terrenos.

Por otro lado, también en el año 2009, el Ayuntamiento recibió de la junta de compensación del Queiles 155.000 euros para ejecutar una rotonda en el Puente Mancho, cuyo proyecto había elaborado anteriormente. Esta rotonda no se ejecutó y se encargó otro proyecto con una cuantía muy superior que no se llegó a hacer. Seis años después esa calle de Tudela, en un paso tan peligroso, sigue sin contar con una solución que permita mejorar la seguridad vial, es decir, seguimos sin rotonda aunque la tenemos pagada.

Estos hechos tienen diversos responsables políticos pero ninguno de ellos, excepto Mariví Castillo, seguiremos en el Ayuntamiento la próxima legislatura. El hecho de que la anterior concejala de urbanismo no haya estado presente en esta legislatura, no ha evitado que sus decisiones sí lo hayan estado, por eso sorprende que su vuelta no venga precedida de una autocrítica.

Las próximas elecciones abren nuevos panoramas y cierta incertidumbre. La ciudadanía está harta de esta situación y de lo que "los políticos" hemos hecho. Por eso es necesario salir a votar para que esto cambie. Y poco puede cambiar quien viene a defender lo que decidió en el pasado y ahora sufrimos. Tudela y su ciudadanía no pueden seguir con este tipo de gestión, con este Castillo de naipes.

Abel del Rey

Grupo Municipal PSN Tudela