Opinión

Mesas vacías

El casco antiguo de Tudela hace aguas por muchos sitios desde hace muchísimo tiempo y su hundimiento se va acercando, si no se pone remedio a ese deterioro.

Al inicio de la legislatura, hace de ello dos años, tuvimos la impresión que la AAVV del caso antiguo iba a dejarse oír y que sus propuestas iban a ser escuchadas. Se constituyeron las mesas de trabajo relacionadas con Casco antiguo,  Patrimonio,  Convivencia, Turismo etc., en las que participamos, junto con todos los grupos políticos del Ayuntamiento y otros colectivos, aportando propuestas para la mejora del Casco Antiguo. Tardaron en empezar a funcionar, pero ahí estaban.... Transcurrido un tiempo contemplamos en la actualidad su inoperancia y falta de contenido. Hace tres meses, por ejemplo, que tuvimos la última reunión de la Mesa de casco antiguo. Y desde entonces no sabemos casi nada. 

En la Mesa del casco antiguo, en enero el Ayuntamiento de Tudela  se comprometió a la instalación de una cámara de control de paso de vehículos para completar el proceso de peatonalización iniciado. De su compra y colocación no tenemos noticia. La Asociación de Vecinos también aportó propuestas para la mejora de los aparcamientos en el barrio y estamos esperando...

La Mesa del Patrimonio, muy numerosa, se centraba casi exclusivamente en tratar inversiones públicas para la catedral, que es de titularidad privada: la Iglesia. Esta mesa, cuyas intenciones e ideas eran buenas, no tiene función alguna, ya que no ha sido posible desarrollar ningún otro objetivo que ponga en valor el abundante patrimonio del Casco Histórico de Tudela. Ni hay un presupuesto para ello. 

De la Mesa de la Convivencia poco o nada hay que decir: se cambió el nombre a la anterior Mesa del ruido, pensando que así se iba a hablar de otros temas que tienen que ver con la vida cotidiana en el barrio; sin embargo, se sigue discutiendo únicamente del horario en el que los bares pueden poner música en la calle durante las fiestas de Santa Ana y no se tratan temas que afectan a los vecinos y que interfieren en nuestra vida diaria. Un par de semanas antes de las fiestas, se reúne esta mesa para pelear por una hora más o menos, cuando ya existe una normativa y lo único que hay que hacer es aplicarla. Siempre deprisa y corriendo... ¿Para cuándo hablar de verdad de la convivencia y llenar de contenido esta mesa?

Finalmente, sobre el tema de la recogida de basuras en el barrio nos hemos reunido con el alcalde y con los responsables de la Mancomunidad de Residuos de la Ribera para dar una solución a este problema. Y seguimos igual que estábamos hace cinco años, sin que haya ningún avance. Respecto a los contenedores situados en la Plaza del Mercado, por ejemplo, la AAVV ha hecho una propuesta para la retirada de los contenedores de la vía pública frente a otras soluciones tan peregrinas como ocultarlos (tal y como se hizo hace cinco años y duró dos semanas), o cambiar de ubicación el mercado. En fin... 

Desde la AAVV del Casco Antiguo, cuya razón de ser es el desarrollo de trabajos y propuestas en beneficio del barrio, manifestamos nuestra preocupación porque la tarea no evoluciona con la eficacia deseada. Hemos solicitado, por todos los medios disponibles a nuestro alcance,  reuniones con los responsables de las distintas mesas para reanudarlas. Y parece que están muy ocupados porque no se concretan próximas citas. Pronto llegará el verano y se acercarán las fiestas y correremos para llegar a acuerdos ya acordados. Y después, como ya no hay tiempo, dejaremos todo para septiembre... Y vuelta a empezar. Mientras tanto la basura nos come, la mala gestión de los temas del barrio es cada vez más evidente  y se nos alimenta la impaciencia con un futuro de bonanza que no llegamos a vislumbrar. 

Desde nuestra Asociación reivindicamos la labor de estas mesas porque es una tarea que no puede dejarse olvidada por desidia; pero hay que dotarlas de objetivos y presupuestos claros. El Casco Antiguo es lo suficientemente importante como para abandonarlo a su suerte. Es posible que cuando nos vuelvan a convocar a estas reuniones se encuentren, constatando su poca utilidad y con el debido respeto, por parte de la Asociación de vecinos, con las mesas vacías.

El casco antiguo de Tudela hace aguas por muchos sitios desde hace muchísimo tiempo y su hundimiento se va acercando, si no se pone remedio a ese deterioro. No consiste en tapar un par de agujeros cuando hay brechas por todos los lados. El patrón y los tripulantes han cambiado, pero siguen sin conseguir que el barrio deje de ir a la deriva, y el horizonte es difuso. Es necesaria una actuación importante que cambie completamente el casco de esta nave, cuya línea de flotación está sumergida en la oscuridad de la desesperanza.

El Ayuntamiento de Tudela ha conseguido afortunadamente unas ayudas europeas destinadas, entre otras prioridades, a restaurar, rehabilitar y regenerar el Casco Antiguo, pero desconocemos cuándo podremos ver  los resultados de esas necesarias inversiones. De momento, ni en los Presupuestos “participativos” del 2016 ni  en los Presupuestos municipales de este año se cuerda inversión alguna para el Casco Histórico de Tudela, después del superávit del 2016. Mientras que no haya un plan de trabajo definido y con voluntad de ejecución en el Casco Antiguo, y no se dote en los presupuestos de Tudela de una partida anual concreta para el  mismo; no se podrá hacer nada. Lo mismo que ocurre con todas las mesas mencionadas.

A ver si, como en la película de Berlanga, este Plan Marshall europeo pasa por nuestras calles sin que nos demos cuenta.