Opinión

Yo sí te creo, hermana

Ha pasado una semana desde la lectura de la sentencia sobre lo que yo sí considero que fue una violación de la conocida como La Manada. Pamplona entera se ha movilizado para mostrar su indignación sobre esta sentencia. La primera concentración en la Plaza del Ayto. y la movilización del sábado en la que participaron más de 30.000 personas son un indicador de que esta sentencia ha generado muchas reacciones desde la mayoría social. 

En primer lugar, quiero mostrar todo mi apoyo y reconocimiento a la joven agredida, creo que toda la ciudad de Pamplona se solidariza contigo. En segundo lugar, quiero decirle al Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, que esa “turba enfervorecida”, refiriéndose a todas las personas que participamos en las movilizaciones , que estas movilizaciones fueron totalmente pacíficas y sobre todo, son una expresión más en un sistema democrático. Toda la sociedad tiene derecho a mostrar su disconformidad con las decisiones que tomamos desde cualquier ámbito público, y más cuando desde esta sentencia, se deja a una víctima de una agresión en una situación de indefensión. 

Ayer, participé como público en un programa-debate de Radio Rebelde Republicana sobre esta sentencia, en el que participaron Pilar Gastón (abogada con larga trayectoria profesional), Yolanda Rodriguez (feminista) e Inés Olaizola (Catedrática de Derecho Penal en UPNA). Un debate, totalmente alejado del amarillismo que puede suscitar un tema como este, centrado en la sentencia y en un análisis legal y desde una perspectiva feminista de la misma. 

De este debate, destaco las ideas principales con las que me volví a casa y que me han animado a escribir estas líneas. La primera de ellas, es sobre la cuestión legal. Después de dos años haciendo política en Senado, me he dado cuenta de la enorme distancia que hay entre las instituciones políticas y la realidad social para la que legislan. Con la Justicia, pasa algo similar. Las propias leyes y las estructuras que velan por su cumplimiento están creadas desde una perspectiva patriarcal, y desgraciadamente, muchas de las personas que acceden a las judicaturas, han crecido en entornos poco igualitarios y no han recibido la formación adecuada en igualdad de género. 

Lo que se pone en cuestión con esta sentencia, no son los años de pena para los agresores, sino el reconocimiento de la propia agresión en sí. No es lo mismo sentenciar que una persona ha recibido un abuso sexual a que ha sido agredida sexualmente. El factor de la intimidación en esta sentencia ha sido clave. Que de tres jueces, dos concluyan que no ha habido intimidación y un tercer haga un voto particular tan lejano de la realidad vivida por la joven merecen una atención especial. La Catedrática en Derecho que participó en este debate de ayer lo dejó muy claro con una comparación muy objetiva; “... si a una persona, le rodean otras cinco en un rincón, y le dicen que les dé el bolso y todo lo que tenga de valor, sin ningún tipo de amenaza... a esas personas se las juzgaría por robo con intimidación sin lugar a dudas...” . Ahora la cuestión es ¿Por qué no se ha entendido así con este caso?. 

La segunda cuestión que me llevé del debate de ayer y que considero importantísima es la siguiente; la importancia de la educación en igualdad desde todos los niveles e instituciones (desde las públicas, hasta las básicas como es la familia). Por la reacción y la defensa que han hecho estos jóvenes de la denominada Manada, se puede interpretar que para ellos, lo que ocurrió en ese portal con esta joven, no lo consideran una violación. Que cinco jóvenes arrinconen a una persona, le quiten la ropa y la agredan sexualmente, para ellos fue una relación normalizada... ¿Qué está pasando para que nuestra juventud considere ese tipo de relación como algo satisfactorio?

Desde su perspectiva, de jóvenes educados en un sistema patriarcal, en la que las mujeres son meros objetos sexuales, todo ocurrió correctamente, ella no dijo NO (por lo que entienden que dijo SI). No hubo consentimiento desde ella, aunque para ellos eso no era importante. Cada día pienso que es más importante el trabajo educativo, por ello, destaco la importantísima labor que desarrollan las agentes de igualdad que trabajan en las instituciones públicas. Ese trabajo que se desarrolla a nivel socio-comunitario, en colegios, institutos, universidades... que debería ser de obligado cumplimiento en todos los estratos sociales. ¿Cómo hubiese sido esta sentencia si los tres jueces que han redactado esta sentencia hubiesen recibido formación específica sobre igualdad de género?. Lo más duro de todo, es el estar en primera línea política y comprobar cómo para el Gobierno de este país (PP), sigue recortando y recortando en recursos y servicios dirigidos a acabar con esta desigualdad y la violencia hacia las mujeres, prueba de ello es lo que ha pasado con el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género.