Se acerca una nueva edición, la vigésimo quinta, de las Jornadas de las Verduras, y visto el recorrido que han tenido y tienen, no comprendo cómo aún no hemos puesto en marcha esa idea genial de Santi Cordón Aguirre, de Fundación Mascotas Verdes, de “Tudela, Verduras Todo el Año”. Vamos yendo demasiado despacio en su desarrollo e implantación. No comprendo la demora.
Las Fiestas de las Verduras ya están superando en interés y proyección global a las de Santa Ana, por ello es necesario, sin dilación, ‘activar’ ese modelo de promoción mensual de productos de temporada, kilómetro Cero, que propone, sobre todo por un objetivo fundamental: dar relieve, negocio y recorrido a una parte importante de nuestra impronta y nuestra historia, que es la figura, casi perdida, ya medio olvidada, del Hortelano.
Sí, es la hora del agricultor, del campesino, merece un homenaje y, también, reconocimiento y que pueda ganarse la vida, como antaño.
Si avergüenza ver vacíos nuestros campos y la tierra muerta, convertida en inmensas fincas sin vida ni diversidad, más desencaja ver tomate y otras verduras servidas fuera de su tiempo, cultivadas nadie sabe cómo ni dónde, en espacios impersonales e inertes que nada tienen que ver, ni han tenido, con nuestro tradicional modo de vida, que da forma a nuestro ser y que, tolerando esta infamia, estafa colectiva, hace desmerecer un oficio y ensombrecer nuestro legado.
Ese pasado nunca volverá, pero nuestro futuro, sí o sí depende ya de saber volver al campo y mirar a la tierra como esos hombres, esos agricultores, que nos dieron el motivo de vivir estas ya 25 Fiestas de la Verdura. ¡Salud y a vivirlas de verdad!
