Estamos en plena época de nervios y vacas flacas, y la prueba más contundente de ello es contemplar la que se ha montado en UPN al plantear, legitimamente, el Presidente Sanz, que su Gobierno, su Parlamento, y sus representantes en el Congreso, tendrán que atender los intereses generales de Navarra, ahora que se acercan unos Presupuestos Generales de Navarra y de España, que necesitan, además de apoyos para salir adelante, el consenso y la altura de miras suficientes para afrontar una situación económica más delicada de lo que el ruido de sables generado parece entender. Internamente, el diputado Santiago Cervera ha aprovechado el sirimiri para tomar posiciones absolutamente personales e interesadas a dos bandas, y provocar una tormenta en un vaso de agua, que a quien menos beneficia es a él mismo. En definitiva, lo que UPN está buscando no es si no el sentido común necesario para aprobar los mejores presupuestos restrictivos, en plena recesión. Y ello, al margen de la serenidad demostrada en todo este proceso por el PSN-PSOE que parece estar tomando las riendas de su propio destino.
