Ablitas

“Somos los generadores de empleo”

Hablamos con Laura Sandúa Escribano, Ex Presidenta de AER y responsable de Aceites Sandúa, para saber cómo ve el presente y futuro de la empresa ribera en esta pandemia.

Laura Sandúa Escribano
photo_camera Laura Sandúa Escribano

A nivel personal, ¿cómo llevaste el confinamiento y el cambio de ritmo que supuso?

El confinamiento conllevó una sensación de incertidumbre, inseguridad… a la que nunca nos habíamos enfrentado. Tuvimos que hacer una adaptación acelerada de los puestos del personal que podíamos trabajar desde casa, pero como fuimos empresa de primera necesidad, parte de nuestro personal tenía que estar al pie del cañón. Tuvimos que llevar a niveles superiores el plan de contingencia que habíamos establecido semanas antes por las malas noticias que llegaban a España para controlar la seguridad de nuestro personal. Junto a esto apareció la sensación de caos… vimos cómo nuestros clientes distribuidores de hostelería cerraban casi al 100% por el cierre de los restaurantes. Todo esto, como es de suponer, acarreó problemas en los cobros, pero, tengo que decir, que prácticamente la totalidad de nuestros clientes, pese a sufrir la pérdida de volumen de negocio, han respondido a su compromiso de pago ayudados, en muchos casos, por una flexibilidad de nuestra empresa como parte de esa relación de la que siempre hemos estado orgullosos.

¿Y ahora, en este momento de inicio de un otoño-invierno diferente? 

Mucha incertidumbre. Eso es lo malo, cuando no nos llegan mensajes claros, seguir una línea de trabajo es muy difícil. 

Los contagios aumentan y con los colegios probablemente seguirán subiendo, pero es muy duro que las empresas tengamos que soportar todo el peso. Se confinan a niños y seguidamente los padres también… y mientras, en las empresas, el trabajo se desorganiza y los gastos suben. 

¿Crees que esta pandemia va a cambiar nuestro modo de vida y la forma que tenemos de entenderla y llevarla? 

Nuestro modo de vida se deberá adaptar a las circunstancias, pero tenemos que entenderlo de una manera diferente. Por supuesto que tenemos que seguir todas las medidas de protección, distancia y limpieza… pero el virus no puede paralizar nuestra vida. Cuando no sea este virus,  será otro… debemos de salir, comer en restaurantes, tomarnos una copa con amigos… ¿no pensáis que es más fácil controlar a las personas en sitios donde se nos ve que en propiedades privadas? No podemos vivir centrados en la que nos está cayendo, sino que tendremos que ser creativos, seguir luchando por nuestros proyectos y adaptándonos a las circunstancias.

En general, ¿crees que se actuó adecuadamente desde la Administración cuando todo comenzó? 

Creo que había información más que suficiente para haber estado preparados de otra forma. No se dio suficiente importancia a las noticias que llegaban de países vecinos. Lo peor, la falta de previsión para que nuestros sanitarios, fuerzas de seguridad…  no sufrieran el nivel de estrés que sufrieron.

¿En qué se acertó, en qué se quedaron cortos, en qué pecaron de imprudentes o de lanzados? 

Es cierto que la situación, tal cual se ha desarrollado, era imprevisible en las cifras, pero creo que la Administración tenía información más que suficiente de lo que recomendaba la OMS, de lo que sucedía en China, en Italia. Se fue muy imprudente al pensar que éramos diferentes y se permitieron hacer ciertas actuaciones que, para cualquiera, pecaban de peligrosas. También creo que se desacertó a la hora de la emisión de Decretos… hubo momentos que no sabíamos si se podía hacer algo o no…  

¿Cómo ves la economía en este momento de actividad y freno simultáneo con los contagios? 

Como he dicho antes, con mucha incertidumbre. Son datos objetivos los que nos marcan que la economía no va bien. Vemos la caída que está habiendo en el PIB… y esto no mejora con el incremento de contagios. Pero igual también tenemos que cambiar nuestro punto de vista, y dejar de ser negativos. Si tenemos muchos contagios, seguro que es porque se están haciendo muchas pcrs. Si tuviéramos información veraz y no de redes sociales, de qué tipos de personas son las que enferman, de si existen tratamientos eficaces… igual la gente actuaría de otro modo. Tenemos que pensar que si la economía se para, no salimos de esta. Si permitimos que se cierren comercios, restaurantes, bares, tiendas de ropa… la gente dejará de gastar en alimentación, en compra de coches… por eso es muy importante apoyar a la empresa en este momento. Somos los generadores de empleo… y si se pierde de vista esto, no hay marcha atrás. 

¿Qué ha echado en falta el empresario en este tiempo a la hora de reconocer su papel en la sociedad

La falta de empatía. Se habló muy mal del empresariado cuando los ERTES, cuando los despidos… yo siempre digo… ¿a qué empresario le gusta despedir a un trabajador que rinde, que desempeña bien su trabajo? Un empleado es nuestro activo más importante… y desde muchos estamentos se hace ver que el empresario es “el malo de  la película”.

¿Crees que hay demasiada burocracia para las gestiones ante la Administración? 

Muchísima. La Administración debería de funcionar como la empresa privada… buscando la eficacia y eficiencia. 

¿Están demasiado lejos administradores y administrados? 

Más lejos de lo que debieran. Los administradores siempre deberían de tener en cuenta a los administrados a la hora de tomar decisiones. Bajar a pie de calle y ver la realidad. Cuando esto se hace, todo funciona mucho mejor porque se resuelven las necesidades… pero por desgracia, a veces cuentan más los intereses que el bien social.  

¿La nueva Ley de Teletrabajo está bien planteada? ¿Aporta mejoras? 

Está claro que el teletrabajo, que antes de la pandemia estaba muy poco implantado, ha venido para quedarse, por tanto, tiene que tener su regulación, pero ojo no vaya a estar pensada para la gran empresa. El tejido empresarial de navarra y de España está formado principalmente por PYMES y creo que no se han tenido en cuenta lo suficiente. Muchas Pyme no va a poder asumir el teletrabajo.

Además, es de vital importancia que se tengan en cuenta cuestiones que no sé si están trabajadas en profundidad. Lo que ahora se conoce como burn out y que suponen un agotamiento emocional, pérdida de motivación, falta de sentimiento de grupo… o sea, será imprescindible que se tengan en cuenta los cambios psicológicos que pueden producirse en los trabajadores.