La geografía española daba para una gran diversidad de paisajes y en función de su terreno y de su historia podemos encontrarnos pueblos de todos los estilos y para todos los gustos.
Alberca
Pueblo de la provincia de Salamanca y en medio de la Sierra de Francia. Declarado Monumento Nacional en 1939, la Alberca cuenta con casas más propias de la Edad Media que de la actual, pareciendo que viajas en el tiempo.
Calatañazor
Situado en la provincia de Soria, Calatañazor guarda los restos de una ciudad fortificada derruida. Entre las ruinas se pueden encontrar los restos de un castillo, tres iglesias y sus murallas encerrando un caserío rústico. Es un paraje que te lleva a la época medieval.
Olite
El castillo de Olite es la típica imagen que te viene de un castillo cuando piensas en las historias de príncipes y princesas. El Palacio Real de Olite es de estilo gótico y posee unas construcción donde sus detalles estéticos tuvieron una gran relevancia en la defensa del feudo.
Cudillero
En la costa asturiana se encuentra este colorido pueblo. En medio de un paisaje abrupto, sus casas situadas como si de un anfiteatro mirando al mar. En él se puede respirar tranquilidad y un estilo marítimo gracias a su gran puerto.
Júzcar
El pueblo de los famosos Pitufos. En el Alto Valle del Genal, en Málaga, se encuentra esta localidad teñida de azul, que creó esta marca identitaria a raíz de la película de Los Pitufos, a modo de acción promocional.
Finisterre
En el punto más al oeste de la península ibérica se encuentra el lugar en el que se pensaba antiguamente que se acababa el mundo. Goza de unas vistas preciosas y cuenta con un oleaje que le da vida al pueblo. A unos kilómetros se encuentra el faro y el último punto de la ruta del Camino de Santiago.
Santillana del Mar
El pueblo de las tres mentiras, ni es ‘santa’, ni es llana, ni tiene mar. Pese a ello, este pueblo de la comunidad cántabra cuenta con un cojunto histórico de gran valor y es reconocido como uno de los pueblos más bonitos de toda España.
