Opinión

Sentido común

El día 24 a las 12 horas no hace falta ir con toda la cuadrilla a la plaza de los Fueros para celebrar un inexistente cohete. Tampoco hace falta dar vueltas al quiosco como si la banda estuviera entonando la Revoltosa o quedar para correr delante de los coches por en medio de la Avenida Zaragoza. El día 26 no es necesario esperar a las puertas de la Catedral para rendir homenaje a Santa Ana. El no hacer nada extraordinario del 24 al 30 de julio no significa que seas más o menos tudelano o tudelana. Es más, si contribuyes a no crear o fomentar aglomeraciones estarás haciendo un gran favor a todo Tudela.

Es duro reconocer que este año no son fiestas, pero hay que asumirlo. 

Desgraciadamente la situación es la que es y una pequeña imprudencia puede volver a desatar una nueva cadena de desastres que en algunos casos pueden llegar a resultar fatales. Por eso, ante este nuevo escenario, mejor dejar el postureo y las fiestas para otro tiempo y ser responsables con la realidad que nos toca. 

Seguro que aparecen nuevas iniciativas y genialidades como ocurrieron con la Bajada del Ángel y reiremos y agradeceremos esos pequeños detalles que se puedan realizar, pero hay que tener en cuenta que siempre y cuando se hagan este tipo de actividades o ideas deben realizarse con la misma responsabilidad y sentido común como las que se hicieron entonces. 

En el 2020 nos quedamos sin fiestas, sin fútbol, sin bodas, sin muchas celebraciones y actividades que nos gustan pero que ahora son imposibles de realizar. Pero todo esto volverá. Las fiestas volverán. Los pañuelicos al cuello volverán. La Revoltosa volverá, pero para que todos volvamos es necesario hacer un paréntesis este año.