Opinión

Sanz es el pasado

Durante el reciente Debate del Estado de la Comunidad, el Presidente del Gobierno, Sr. Sanz, reconoció ante la Cámara que su única ilusión para seguir en el cargo era impedir con ello que el candidato socialista Fernando Puras accediese a la Presidencia de Navarra. Vaya por delante mi convencimiento personal y político de que sus esfuerzos serán vanos, y de que Fernando Puras será el nuevo representante de la sociedad navarra por voluntad popular.


Qué ilusión tan pobre la de un presidente que, el ocaso de su vida política, se aferra obsesivamente al sillón para impedir que otros puedan ocuparlo, olvidando así el principio democrático de la alternancia. Con esta actitud, Sanz ratifica su agotamiento político, su falta de impulso y escasa ilusión para seguir gobernando nuestra Comunidad. Y lo que es también importante, evidencia sus propios temores al ser consciente de que existe una alternativa real y de progreso.


Con su débil y pobre ilusión pone de manifiesto lo que nos ha estado demostrando durante toda la presente legislatura, su escaso interés por los ciudadanos. No quiere seguir en el cargo para solucionar los problemas de la ciudadanía navarra, eso no le debe de importar mucho. Sólo le preocupa el fuerte ascenso del candidato socialista. Sólo le importa perder el sillón.


Por el contrario, Fernando Puras desgranó en el debate parlamentario las causas por las que es necesario el cambio político en esta Comunidad, con un proyecto progresista y de izquierdas. Desde esta perspectiva, Puras calificó acertadamente de pobres las políticas sociales del gobierno de la derecha, especialmente en materia educativa, sanitaria y de servicios sociales, al tiempo que enumeró un buen número de propuestas que él como presidente llevará a cabo para mejorar la calidad de vida de las navarras y navarros.


A Puras le ilusiona ser Presidente de Navarra, para construir más centros escolares, aumentar las becas para los jóvenes, dedicar mas esfuerzos a la investigación, reducir las listas de espera cada vez más insoportables, aumentar la ayuda a domicilio para las personas mayores y con problemas de autovalimiento, avanzar hacia la igualdad real, mejorar las condiciones para conciliar la vida laboral y familiar... En definitiva, para hacer una Navarra más avanzada, amable, cohesionada y con mayor justicia social.


El futuro presidente de Navarra, Fernando Puras, se mostró en el debate parlamentario con ganas, con entusiasmo, con fuerza, pero a la vez con espíritu tolerante, elegante y sereno, como espera la ciudadanía de un Presidente de gobierno.


Por el contrario, Sanz sólo destacó por su autocomplacencia y por la más absoluta falta de sentido autocrítico, eso sí, delegando en el Gobierno de Zapatero los errores de gestión que a él, y sólo a él, le corresponden como presidente del Gobierno foral.


También gustó el compromiso que adquirió el portavoz socialista: “Cuando sea presidente me comprometo a que en estos debates haya autocrítica gubernamental”.


En definitiva, el último Debate del Estado de la Comunidad sirvió para ver con claridad el pasado y el futuro: Frente a un presidente que ya es pasado, un Sanz agotado, autocomplaciente, sin ilusión ni energía, toma fuerza la imagen del nuevo presidente para el futuro de Navarra, el socialista Fernando Puras, ilusionado, con ganas, tolerante, con ideas y propuestas, con otra forma de ser y otra forma de gobernar.