Opinión

Una Santa Ana distante y con mascarilla

Los humanos somos seres sociales, de interactuar en grupos, con necesidad de tocar y ser tocados, hechos fundamentales para una vida plena y saludable. 

La COVID-19 nos amenaza a todos y a todo, a nuestra salud y a nuestra forma de vida. El hecho de que, durante un periodo de tiempo, una primavera, un verano, etc., no se hayan celebrado las expresiones rituales festivas supone que ese colectivo deja de sentirse como comunidad simbólica que se reproduce cíclicamente, cada año, cada 26 de Julio, cada Santa Ana. Esto en Tudela, no debe de pasar, seguimos en Tudela y seguimos siendo tudelanxs.

Sin embargo, las celebraciones de los ritos festivos en honor a Santa Ana tienen que cambiar, al menos durante un tiempo, hasta encontrar la famosa vacuna. Para las fiestas de Santa Ana, nuestros lugares de referencia, deben de dejar de serlo. Pero sólo será de una forma temporal. La pérdida de algunos rituales importantes como el “Chupinazo”, los encierros, las salidas de “Gigantes y Cabezudos”, “La Revoltosa” o la Procesión de Santa Ana, será dolorosa. Mantener un bajo riesgo de transmisión del virus debe de ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento, como mínimo hasta final de año. Es tiempo de cambiar hábitos, es tiempo de cambiar lo que tenemos incorporado para construir un estilo de vida más seguro frente a la COVID19.

Las fiestas de Santa Ana son un patrimonio cultural inmaterial, y tiene que tener la capacidad para adaptarse y evolucionar cuando surgen dificultades. Desde mi agnosticismo hacia la religión, quizá puedan aparecer nuevos rituales para sustituir los que solemos hacer en las fiestas en honor a nuestra patrona. Y quizá, desde nuestros altares domésticos, profanos o religiosos (ventanas y balcones), adaptemos para Santa Ana el rito del aplauso dedicado a los sanitarios. ¡Abrid ventanas y balcones y ungidlos con albahaca! ¡Inundad el aire de jotas a la patrona! Si algo ha caracterizado al ser humano es su creatividad, ¡seamos valientes y atrevidos! Fortalezcamos nuestras relaciones sociales frente a la adversidad desde el ingenio.

Entiendo nuestras ganas de fundirnos en un mismo sentimiento festivo, pero ese sentimiento no debe impedir el que seamos conscientes de que el virus es igual o más virulento. Con todo ello, estaremos poniendo las bases para imaginar y organizar unas fiestas de Santa Ana más seguras en 2021. Viva Santa Ana y Viva Tudela.