Opinión

Saludables razones para avanzar

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El día internacional de la salud de las mujeres, se conmemora desde 1987 a propuesta de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos. Se inicia con el Programa de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo, acordado en 1994, con el seguimiento en la Plataforma de Acción de la Conferencia Mundial de la Mujer de Beijing; al igual que en tratados y convenciones de derechos humanos, como la CEDAW.

El lema que la mueve es, “La salud y los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos y de ciudadanía. ¡Que el Estado los garantice, proteja y promueva!”. Sin embargo, en el mundo hoy en día, según reconoce la organización mundial de la salud, siguen muriendo mujeres por embarazos, y/o ablaciones. Miles de mujeres denuncian violencia de género. La repercusión del copago nos dice qué la gente que está dejando de consumir fármacos son los que tienen la renta más baja. Entre ellas un porcentaje importante de mujeres por que viven más años de cronicidad.

Los cambios en estos dos años en Navarra respecto al informe SOMBRA CEDAW (2009-2013) de Navarra, son importantes y significativos.

Se ha aprobado el decreto de salud sexual y reproductiva en noviembre 2016. Basado en un proceso participativo. Decreto que garantiza entre otras cuestiones las interrupciones de los embarazos no deseados y la prevención de los mismos por medio de la educación sexual. Se amplían prestaciones como la reproducción asistida en mujeres solas o con pareja del mismo sexo, el diagnóstico preimplantacional y la atención a la transexualidad. Además de atención a colectivos con más vulnerabilidad.

Los nuevos Centros de Salud Sexual y Reproductiva, estarán abiertos a ambos sexos, ofreciendo una atención integral, multidisciplinar, más adecuada a la realidad de la salud sexual, con programas dirigidos específicamente a hombres y a personas jóvenes. Ahora toca hacerlo realidad sin mas dilaciones.

Se ha desarrollado el Protocolo para la Prevención y Actuación ante la Mutilación Genital Femenina.

En relación a los casos de cáncer de mama, la detección es rápida y coordinada queda por mejorar las listas de espera en los servicios colaterales (cirugía plástica y reparadora, rehabilitación y las unidades de linfedema…) y la persona de seguimiento continuo

Se ha puesto en marcha el protocolo sanitario para la fibromialgia y la fatiga crónica, con asignación presupuestaria y especial colaboración con las asociaciones implicadas, Formación para personas profesionales y el primer grupo de tratamiento terapéutico colectivo

El protocolo de actuación con personas transexuales es una realidad, especialmente con niños y niñas y en educación. Va a aprobarse en breve la ley LGTBIy+ que recoge todo un capitulo en materia de garantías sanitarias par todos los colectivos implicados en la misma. Y sobre todo una ley que garantiza el derecho a sentirse cada una como quiera y poder vivir con su sexo sentido sin ser patologizado.

Se ha empezado a hacer formación desde el Departamento de salud en materia de salud y genero. Incorporando partidas especificas para ello en los presupuestos 2016. No debemos olvidar que la salud tiene género: Se enferma de diferente manera en función del rol que se juegue y del sexo biológico que se tenga.

Esto es el gran avance y reto. La garantía de que se haga una revisión de género, es decir, desprejuiciada, de los conceptos de salud y enfermedad. "La marginación de la mujer en el ámbito de la medicina comenzó cuando el poder médico se fundamentó a partir de negar la experiencia y sabiduría de las matronas y sanadoras, que pasaron a convertirse en brujas", nos dice la experta Carmen Valls. El nuevo modelo planteaba que las enfermedades no tenían sexo, y que "estudiando a los hombres, ya estaban estudiadas todas las mujeres, menos en el embarazo y el parto". Una corriente científica, fundamentalmente feminista, cambió el concepto hace 30 años al argumentar que "la salud de las mujeres dependía de problemas sociales y culturales, de la discriminación y la violencia que habían sufrido", pero seguía negando las diferencias biológicas no visibles por temor a que fuesen usadas para discriminar a las mujeres. "Que tengamos menos hierro no nos hace inferiores.

Los estudios, nos demuestran como las mujeres han sido peor atendidas en la sanidad pública. Menos hospitalización, diferencias de tratamiento como por ejemplo en el caso de los infartos, con menos ensayos clínicos...Con menos tiempo de dedicación real excepto en atención primaria y encima cuando acuden a esta es para el resto de la familia, en su papel de cuidadoras de los demás. Hasta ahora, han tenido categoría de enfermedades aquellas que se producían en contextos laborales masculinos. Avancemos en este camino, permitiendo a las mujeres estar enfermas y ser atendidas. No solo cuidadoras! Además, el hecho de cuidar de los demás también trae consigo enfermedades específicas. En ningún momento se ha valorado como factor de riesgo el hecho de tener trabajos infravalorados, mal pagados, temporales y encima parta la gran mayoría, no considerados, como el trabajo doméstico.

Que nos ha mirado como enfermas, cuando no lo estábamos. Es necesario que se haga una revisión de los tratamiento actuales a las mujeres, cuando nos vamos haciendo mayores, ayudando a comprender el placer de madurar, dejando de vernos solo como “menopáusica”. En este sentido, cómo dice Betty Friedan, la autora que a mediados del siglo XX reivindicaba el derecho al orgasmo, habla ahora de la necesidad de luchar para disfrutar del inmenso placer de "una noche bien dormida” O el tratamiento victimista que se da  a las mujeres con temas como el cáncer: No somos menos por tener o no una teta  o quedarnos calva en un periodo de nuestra vida.

Sigue siendo necesario  garantizar los derechos sanitarios a todas las mujeres incluidas aquellas que están en nuestro país en situación de ilegalidad y/o  ejerciendo profesiones como la prostitución. Atender a las mujeres con diversidad funcional y seguir mejorando las Listas de espera. Pensiones dignas para todas las personas. Quitar el Copago y Repartir del trabajo productivo y reproductivo entre hombres y mujeres. Y por supuesto poner fin a las diferentes violencias machistas. Una persona no puede estar bien si esta en peligro su vida. O se mira su cuerpo solo como un objeto de uso y abuso.

El derecho a la salud implica gozar del más óptimo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o malestar. ¿Cómo podemos ser titulares de este derecho y llegar a ser ciudadanas en salud si aún enfrentamos discriminaciones y subordinación, violencias simbólicas y directas, y el control sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas?

Tere Sáez 

Pedagoga-Técnica de Igualdad. Parlamentaria foral PODEMOS