Hace apenas dos meses que me incorporé a EDER, tiempo que he dedicado a conocer el Consorcio, las localidades y entidades que lo conforman y su misión: promover el desarrollo sostenible, la competitividad y la cohesión social de la Ribera de Navarra. Para llevar a cabo este propósito es indispensable no solo la colaboración público privada sino también la implicación directa y efectiva de instituciones públicas y empresas en la consecución de esta misión.
La Ribera de Navarra es una comarca excepcional, un enclave privilegiado, con recursos materiales y humanos más que suficientes para trabajar por esta tierra en una estrategia de desarrollo común. Cuenta con un tejido empresarial dinámico y unas administraciones locales con una dimensión y capacidades importantes en relación con el resto de Navarra, pero para que podamos sacar todas las potencialidades para el desarrollo de esta tierra, tenemos que centrarnos en un trabajo continuado a largo plazo basado en una estrategia consensuada por todos, que deje al margen las diferencias que puedan existir entre entidades o empresas, y nos centremos en los proyectos que nos unen y que harán de la Ribera de Navarra una región más desarrollada, competitiva y cohesionada en los próximos años.
