Esta semana los protagonistas indiscutibles han sido los reyes.
Por un lado, el ídem Juan Carlos, que en la Pascua Militar del día de Reyes dejó claro que está senil.
Y, por otro, se ha comentado por todo el país que eso de que los Reyes Magos, en concreto la figura del rey negro Baltasar, no sea representada por una persona de color, es un giño a la discriminación de un colectivo muy integrado entre nosotros y una falta de respeto para con los niños, que serán inocentes, pero no tienen un pelo de estúpidos ante el betún y el negro 'pegadizo'
de esta figura tradicional y su séquito.
Una cosa es el buen papel de unos reyes que actúan divinamente, -como es el caso de Pepe Martínez en Tudela-, y otra permitir que la dejadez y las absurdas inercias empañen unas representaciones más que dignas que se prodigan por toda la Ribera.
Y del negro futuro del Borbón y la 'mágica' infanta, ya hablaremos otro día...
Si bien está muy claro: Como decía aquella pintada en el Tubo, "¡los reyes, para el mus!".
