Plumas al cierzo

Querida Santa Ana

Sergio Zambrano Collado nos escribe este relato.

Este año el 24 de julio a las 12 de la mañana no se lanzará el cohete anunciador de las fiestas tan esperadas por todos los tudelanos desde la Casa del Reloj.

No habrá música en cada rincón de tu ciudad, no habrá olor a chistorra por las peñas y por supuesto, nadie vestido de blanco y rojo gritando orgulloso de haber nacido siendo tudelano.

Este año nos toca colgar el pañuelo y ponernos la mascarilla.

Pero te prometo que cada uno de nosotros, los tudelanos, recordaremos con nostalgia y emoción lo que significa para nosotros esa semana tan especial.

La ofrenda floral se la haremos a todos aquellos héroes anónimos que han estado al pie del cañón por sacar adelante a cada habitante de nuestra pequeña ciudad.

El año que viene valoraremos un poquito más todos los momentos que nos brindes. Bailaremos con los gigantes, veremos los fuegos artificiales con aquella persona especial y desayunaremos chocolate con churros después del encierro con toda la cuadrilla.

Volveremos con ilusión y más fuerzas que nunca pero sin olvidarnos de aquellos que ya no podrán volver a vivir estas fiestas.

¡Viva Tudela! ¡Viva Navarra! ¡Viva Santa Ana!