Opinión

Pueblo llano, hagamos como ellos

La sensación del comienzo de un nuevo año, es como sentarnos frente a una hoja en blanco sin saber qué escribir, pero que en el trascurrir de 366 días se llenará de acontecimientos. Los proyectos e ilusiones que nos deseamos nada más finalizar las 12 campanadas, lo continuamos con la magia de la noche de Reyes; pero el día 7 nos topamos con la cruda realidad. 

Este año lo comenzamos con un nuevo gobierno tras dos elecciones fallidas. Después de meses convulsos, contradicciones, incertidumbres, ataques furibundos por parte de todos contra todos. Acusaciones gravísimas entre políticos, entre tertulianos, etc.
Es decir, entre todos aquellos que deberían mostrar respeto, educación, cordura y templanza. 

Paralelamente a tanto desatino, la inmensa mayoría del pueblo llano continuaba estudiando, trabajando (el que puede) o desde la jubilación con el deber cumplido, habiendo cotizado 40 ó 50 años para cobrar en la mayoría de los casos el 30 ó 40% de lo que cobra un diputado o cualquier otro cargo político público, con 10 años de dedicación. 

Es desgarrador, a la vista de un demócrata europeísta convencido, observar la decadencia y la ineptitud de políticos a los que los ciudadanos les proporcionamos con nuestro voto la confianza y responsabilidad de dirigir nuestro país.

Ya hace muchos artículos que digo que tenemos los peores políticos de la historia de la democracia. Está claro que los verdaderamente inteligentes prefieren estar en la retaguardia moviendo los hilos a su conveniencia. 

Actualmente,, ya no es verdad que tenemos los políticos que nos merecemos. Lo que sí es verdad es que nuestros dirigentes no se merecen el pueblo que tienen.

No es verdad, porque nunca en España ha habido la posibilidad de pactos tan extraños y diversos como ahora. Si esto ocurre es porque así lo permite la Ley D’Ondt y sobre todo la Constitución. A pesar de lo que algunos digan; todos los diputados del Congreso que tengan su acta, son legítimos y, por lo tanto, el Gobierno que ellos eligen también lo es, nos guste o no.

Con la que está cayendo, la mayoría de los españoles o ciudadanos del Estado, o como cada cual guste denominarlo, se comporta muy por encima de sus “representantes”. Si seguiríamos su ejemplo, nos estaríamos enfrentando en la calles. 

Por eso, pueblo llano, hagamos como ellos cuando no están delante de las cámaras: vayamos a cenar o a tomar una copa juntos y deseémonos ¡un saludable 2020!