Repensando la energía

Pon un ‘molino’ en tu vida

A finales de 2017 se pondrá en marcha en Pujalt (Alta Anoia, Catalunya) el primer proyecto eólico comunitario y con financiación popular.

Será el primero, de estas características, que se materializa en la península. Será una máquina eólica de 103 m de diámetro (que forman las palas al girar) y 2,35 MW de potencia. El proyecto se bautizó con el nombre ’Vivir del aire del cielo’ y puede consultarse en: viuredelaire.cat

Llegar hasta aquí no ha sido una tarea fácil, pues desde que se lanzó la idea, en marzo de 2009 (en ocasión del 25 aniversario de la puesta en marcha del aerogenerador Ecotècnia 12/15), han transcurrido 8 años, de búsqueda de un emplazamiento adecuado y, sobretodo, de papeleo que la burocracia existente impone a las energías renovables, cuando un proyecto de estas características debería ser autorizado en pocos meses.

En el proyecto participan mas de 225 personas/familias/entidades y aún está abierto a la participación.

El objetivo es que los participantes puedan manifestar abiertamente que una cantidad de energía (equivalente a la que utilizan en su vida cotidiana para cubrir sus necesidades de electricidad, calor y motricidad) se ha producido en el aerogenerador y que, por tanto, la persona/familia/entidad participante está libre de emisiones de gases de efecto invernadero y de emisiones radioactivas.

Estoy firmemente convencido de que sólo mediante actos de apropiación colectiva de las tecnologías que nos permiten captar la energía contenida en los flujos biosféricos y litosféricos, y transformarla en una forma de energía útil, seremos capaces de ir creando un sistema energético donde la democracia sea la regla, pues la DEMOCRACIA energÉTICA no es más que un sistema de energía que da poder a las personas y a las comunidades que disponen de fuentes renovables locales para que saquen provecho de su captación, transformación y uso. Un sistema de energía eficiente (en la producción y el uso), libre de emisiones de carbono fósil y de radioactividad, flexible (que de cabida a una proporción creciente de generación renovable variable y que permita la circulación bidireccional de la energía), controlado localmente (la comunidad debe tener la autoridad para tomar las decisiones sobre su economía energética) y equitativamente accesible (todas las personas deben tener acceso a la propiedad de las tecnologías que permiten la captación, transformación y uso de las energías renovables locales y a la autoridad de las redes).

La DEMOCRACIA energÉTICA implica también tener acceso equitativo al capital y a la financiación, la auto-organización comunitaria y buena gestión, la educación y empoderamiento de las personas de la comunidad para que conozcan sus oportunidades para ser activas en la energía
(interacción entre personas y entre ellas y las redes).

Sólo la DEMOCRACIA energÉTICA tiene la capacidad de crear una economía de la energía justa y equitativa, en la que los precios de la energía sean transparentes y efectivos en cuanto a coste y en que no haya subvenciones cruzadas de una parte del sistema hacia otra parte del mismo.

Sólo la DEMOCRACIA energÉTICA puede canalizar las oportunidades tecnológicas de las fuentes renovables locales y de la red ampliamente distribuida con la oportunidad económica de las comunidades para recuperar el control social de los mercados de la energía, hoy todavía en manos de los oligopolios.

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