Obtener un microcrédito: los consejos para no equivocarse

PrC3A9stamo.jpg

Hay determinados momentos en la vida en los que, sin nosotros quererlo y pese a haber hecho todos los cálculos pertinentes, las cuentas se nos descontrolan. Nos apura no poder llegar a final de mes ante un imprevisto, un pago extra en un mes concreto (vacaciones de verano o en las navidades que están por llegar) o, simplemente, nos queremos dar un capricho bien merecido. El sólo hecho de pensar en pedir un préstamo se hace cuesta arriba: ya nos imaginamos al banquero de turno interrogándonos, pidiendo documentos sin parar y buscando trabas para no concedernos el dinero. Pero hay otra manera, mucho más fácil: se trata de los microcréditos.

Por si todavía hay alguien que no haya oído hablar de ellos, (cosa, verdaderamente, extraña pues están en boga de todos y están siendo un éxito de aceptación) los microcréditos son préstamos de cuantías de dinero pequeñas (suelen rondar los 300-500 euros) que se solicitan vía online, en momentos puntuales. Para ellos no hace falta mayor papeleo ni documentos extra (la entidad responsable de prestar el dinero entiende que son cantidades que, prácticamente, cualquier persona puede asumir a devolver)

Lo único que tiene que hacer el solicitante es decidir la cantidad de dinero que desea (es recomendable pensar bien el dinero que, de verdad, se necesita), el plazo en el que estima lo podrá devolver (asumiendo la capacidad real de endeudamiento) y rellenar un formulario (con datos básicos de identificación y contacto) Eso es todo. Al instante se puede ver la suma total (ya con intereses) para saber si lo que se ofrece interesa o no.

Como es lógico, la gran acogida por parte del público de este producto ha conllevado a que muchas empresas se lancen a Internet con este negocio, pero no todas son iguales, aunque lo parezcan. Hay una serie de aspectos que conviene tener muy en cuenta.

Para empezar, hay que asegurarse de que la entidad sea, totalmente, transparente. El hecho de que sean microcréditos no los hace ser ajenos de un contrato entre ambas partes y puede contener letra pequeña. Es más que recomendable leer todo con atención y no firmar nada con lo que no se esté de acuerdo. Como ya dijimos en párrafos anteriores, el cliente tiene derecho a saber cuánto tendrá que devolver en total (si hay extras ocultos, mejor busca otra opción)

Es importante también que aquella empresa que se escoja para que nos facilite el microcrédito ofrezca garantías: lo que otros usuarios que ya hayan trabajado con ellos digan es clave para saber si lo que venden es tal cual o no. Echa un vistazo a sus Redes Sociales y busca por Internet las opiniones de antiguos clientes.

También se ha de exigir que estén dispuestos a colaborar y a resolver dudas. No todo el mundo tiene porqué entender de finanzas. Y si bien es cierto que se trata de sumas pequeñas, no lo es menos que, a fin de cuentas, es dinero y algunos términos se pueden escapar a nuestra comprensión. Sin duda, lo mejor es que aclaren todas tus interrogantes y, una vez resueltas, firmes.

Por último, pero no menos importante, también es buena idea echar un vistazo a diferentes propuestas, comparar y quedarte con la que mejor se adapte a tus necesidades.