Cuenta con más de 300 años de historia y, desde entonces, su misión consiste en dar cristiana sepultura a todos los difuntos de Ablitas. Se trata de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y los encargados de llevar a cabo esta labor son sus hermanos, que se renuevan cada año durante el transcurso de una eucaristía que se celebra el primer domingo de enero. Así, la parroquia Santa María Magdalena fue testigo del tradicional cambio de bandas, la cruz y el pendón morado con que la entidad recibe a sus nuevos miembros. “El espíritu de la cofradía es como el del buen samaritano, atender al que no tiene nada ni a nadie y está solo y sin dinero. Para eso está y esperemos que dure muchos años”, comentó Armaldo Serrano, uno de los cofrades entrantes.
Cofrades entrantes y salientes
Entre los planes de la asociación ablitera se encuentra el organizar, el próximo año, el IV Congreso Nacional de Cofradías del Dulce Nombre de Jesús.
Luis Alberto Alegría, Gregorio Arriazu, Marcos Baigorri, Eneko Ruiz, Armando Cubero, Miguel Santos, Arnaldo Serrano, David Serrano, Luis Ruiz, Roberto Sandúa, César Navarro y Javier Ruiz son los nuevos cofrades de la entidad. Por su parte, este año han abandonado el cargo: Fernando Arriazu, Alfonso Baigorri, Paulino Calvo, Roberto Marco, Juan Manuel Casado, Jesús Sagaseta, Ángel Serrano, Jesús Zardoya, Abelardo Arriazu, Crescencio Escribano, Pedro Fernández, Víctor Arriazu y Juan José Oliver.
